César García Magán, obispo auxiliar de Toledo con amplia experiencia diplomática en nunciaturas, fue elegido hace tres semanas como secretario general de la Conferencia Episcopal.
En una entrevista en el diario ABC, medio más bien conservador y en cualquier caso no hostil con la Iglesia, muestra su origen diplomático, y ante las preguntas complejas del periodista, responde con lo que muchos definirían como "lugares comunes" o bien, simplemente, no las responde, haciendo gala de un peculiar estilo evasivo. (Puede leerse aquí en ABC).
Un ejemplo se ve cuando el periodista le recuerda que hace años los obispos salían a las calles en manifestaciones ante leyes como las que ahora se aprueban, contra la familia y de ampliación de aborto. "¿Cómo van a dar respuesta a estas normas?", le preguntan.
García Magán no concreta ninguna acción de respuesta de los obispos. Simplemente dice que "la posición de la Iglesia se debe escuchar y respetar" y que "es muy lamentable que se quieran hacer leyes que no tengan una amplia mayoría parlamentaria, un consenso social". Luego comenta el caso de "la ley de Educación, que cada cuatro años, una ley nueva".
Sobre acciones de respuesta de los obispos, como vemos, el portavoz de los obispos no responde nada.
Sobre su interlocución con políticos, comenta: "Es importante cuando somos capaces de traspasar el traje que lleva la persona —y por traje entiendo el cargo— y descubrimos la persona que hay detrás, aunque el cargo nos pueda parecer no del todo simpático. Cuando eres capaz de encontrarte a la persona, se gana muchas cosas".
La mala imagen de los sacerdotes en España
El periodista de ABC le pregunta por la mala imagen de los sacerdotes en España, comentando un estudio reciente de la Fundación BBVA "que situaba a los sacerdotes entre los que menos confía la sociedad española, junto a sindicalistas, políticos e influencers".
García Magán responde que esta mala imagen viene "porque la Iglesia está en el mundo y también se ha contaminado y se ha manchado con eso. [Se refiere a los abusos sexuales]. El foco está puesto en la Iglesia porque es verdad que ha habido casos, pero es un problema social", añade.
Pero la respuesta del portavoz no explica por qué el foco no está puesto, por ejemplo, en maestros o entrenadores -que también están en el mundo-, colectivos donde también hay abusos, y por qué maestros o entrenadores no figuran entre los oficios que menos confianza inspiran, y sí figuran en la peor categoría los sacerdotes.
Sobre la lucha contra los abusos, recuerda que la Plenaria de obispos acaba de aprobar "un protocolo marco, que ya tenían muchas diócesis. Y luego un capítulo que tiene que ver con la justicia restaurativa, de una aproximación pastoral que va más allá de lo meramente jurídico". La reparación es personalizada, víctima a víctima, y las víctimas muchas veces no quieren tratarse con jerarcas o salir a la luz públicamente.
Aunque se le menciona la insólita investigación del Defensor del Pueblo (que investiga por encargo del Parlamento sólo abusos en entornos católicos, y en ningún otro entorno, ni religioso ni civil), García Magán no entra a valorarla. Su predecesor, el ahora arzobispo Luis Argüello, pidió que el Defensor investigara abusos de todo entorno, no sólo los católicos.
Estadísticas del CIS: no las cuestiona
Sobre la incorporación de mujeres al organigrama de Conferencia Episcopal, señala en general que ya hay "mujeres que son directoras de secretariado, secretarias de comisiones o jefas de servicio. Pero seguramente habrá más, sin duda".
Luego se le pregunta sobre las estadísticas que indican que la mitad de españoles ya no se declara católico. En realidad, eso sólo lo recogen las más que dudosas estadísticas recientes del CIS de Tezanos, un veterano político socialista. La Iglesia, que por alguna razón misteriosa no realiza estadísticas ni sondeos propios, ha de jugar con las de ajenos, e incluso las de enemigos.
"El número [de católicos] ha podido bajar, pero no sé si la cualidad ha ido pareja al descenso de número", responde, sin proponer forma alguna de medir. Recuerda las palabras de de San Pablo VI en Evangelii Nuntiandi: "Dice san Pablo VI que la Iglesia existe por y para la evangelización, lo demás viene después, por añadidura".
Sobre los acuerdos Iglesia-Estado en España, que en derecho internacional son acuerdos con la Santa Sede, tratados de rango internacional, García Magán no teme nada: "La denuncia unilateral de una de las partes contratantes no anula el tratado. Así que una persona no puede acabar con ellos, porque tendría que ser una solución acordada".
Cambiarán muchos obispos
Sobre los numerosos obispos que se van a jubilar pronto, comenta que, en la Iglesia, "en las cosas fundamentales hay una continuidad".
"Una de las ventajas de la Iglesia es que aquí no se programa a cuatro años vista o a cinco años vista, como tiene que hacer un gobierno, o como tiene que hacer una estrategia de marketing o de comunicación. Aquí somos eslabones de una cadena", añade.
García Magán lo considera "la gran riqueza de la Iglesia", pero otros muchos señalarían que es una lentísima capacidad de reacción a los retos y desafíos que se plantean con velocidad vertiginosa.
García Magán da después algunos detalles sobre cómo se elige a los obispos.
"La provisión para una terna, es un trabajo muy arduo que implica recopilar mucha información. No solamente se pregunta a obispos y sacerdotes, sino a laicos y laicas, consagradas. Hay que tabular todo eso, sintetizar, enviarlo", comenta. "El trabajo de la provisión tiene tres fases. Una de instrucción que es la tarea de la Nunciatura. Hay una segunda fase de estudio y análisis que corresponde al dicasterio para los Obispos [en la Curia, en el Vaticano] y una tercera fase en la que el Santo Padre decide. Cada etapa tiene sus tiempos, su calendario y cuando se trabaja con personas contamos también con sus tiempos de respuesta", añade, sin revelar grandes misterios.
Y, por último, sobre cadena Cope y los medios de comunicación de Ábside, donde los obispos son accionistas, comenta que sus profesionales "tienen autonomía" y no reciben directrices de los obispos. "A lo mejor en otros ámbitos o estamentos se creen que si allí se hacen dictados nosotros también lo hacemos. Pero no".
¿Le sale a cuenta a la Iglesia seguir manteniendo estos medios?, pregunta el periodista.
Pero Magán tampoco responde esa pregunta.