La catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid acogió este sábado una solemne eucaristía en acción de gracias con motivo de la finalización del servicio de cardenal Carlos Osoro como arzobispo de Madrid. Participaron gran cantidad de obispos y arzobispos españoles, incluyendo su predecesor, el cardenal Rouco, y contó también con la presencia del Nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, además de unos 200 sacerdotes.
Entre los fieles había políticos y expolíticos, como el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, el ex ministro socialista José Bono y el ex alcalde de la ciudad, José María Álvarez del Manzano. La música la interpretó el coro de la catedral de la Almudena, bajo la dirección de Félix Castedo.
El cardenal Osoro citó en su homilía que las palabras del Salmo 138: "Te doy gracias porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo mi alma". "Agradezco al Señor que a través de la Iglesia me siga recordando que me regaló una tarea especial: 'es poco que seas mi siervo…te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra', añadió, citando Isaías 49, 1-6.
El Nuncio Auza y el cardenal Rouco en primera fila en la misa de despedida (o acción de gracias) del cardenal Osoro.
Ha dado gracias a Dios por elegirle para ese servicio, y también ha pedido perdón "por todas mis fragilidades e inconsecuencias que he tenido en la misión para la que tú me elegiste".
Experiencia como pastor en 4 diócesis
Osoro no fue sólo arzobispo en Madrid, sino que como obispo ha servido en otros lugares muy distintos: fue obispo de Orense (en Galicia), arzobispo de Oviedo (en Asturias), arzobispo de Valencia (en el Mediterráneo) y desde 2014, arzobispo de Madrid.
"Pido al Señor que me perdone todo lo que no me hizo dar testimonio claro de Él. Y a todos vosotros os pido misericordia: quise pasar junto a vosotros haciendo el bien, pero sé que en algunas ocasiones no lo logré. Perdón, misericordia y gracias. Doy gracias a Dios por este itinerario de mi vida episcopal. Aprendí a amar, servir y dar la vida en la Iglesia a la que quiero con toda mi alma. En ella el anuncio de Jesucristo ha sido mi pasión. A pesar de mis límites y pecados he sentido ciertamente la mano del Señor dándomela siempre”, añadió en su homilía.
Aseguró que quiso "estar con todos, a los de dentro, a quienes he animado a que se acerquen y estén también con los de fuera". Agradeció el servicio de sacerdotes, religiosos y laicos. Y finalizó asegurando que "desde hoy mi trabajo y dedicación fundamental será seguir rezando por vosotros. Recé por todos vosotros, ahora lo seguiré haciendo con la gracia de Dios, con más tiempo y dedicación a la oración. Pongo a la Iglesia que camina en Madrid en manos del Señor. Os he querido y habéis sido desde que fui nombrado arzobispo de Madrid, mi ocupación fundamental, pero además con la tarea más bella que un ser humano puede tener: daros a conocer a Jesucristo. Pues esta, pero de otra manera, seguirá siendo mí pasión por vosotros".
Después de la Comunión, y como homenaje especial, se ha podido escuchar en el templo La fuerza de la cruz, un tema musical del Vía Crucis del sacerdote Toño Casado, cuya letra ayudó a componer el cardenal Osoro, y que ha interpretado en su honor el sacerdote y compositor, acompañando con su voz y al piano a los músicos Adrián Salcedo, Inma Mira y María Virumbrales.
Adrián Salcedo canta La Fuerza de la Cruz en la misa de despedida del cardenal Osoro (en el vídeo, en 1h10min).
Himno de la Almudena... y sigue al frente de los católicos orientales
La ceremonia finalizó con un mensaje de agradecimiento por su servicio que pronunció el obispo auxiliar Jesús Vidal, y el himno a la Virgen de la Almudena, a cuya imagen subió al saludar el cardenal. En la procesión de salida se demoró mucho para saludar a los feligreses y conocidos.
Jesús Vidal destacó que Osoro "ha querido llevar adelante la conversión pastoral que el Papa Francisco nos proponía en Evangelii Gaudium, impulsando a todos los miembros del Pueblo de Dios a través de la visita a multitud de parroquias y de los Encuentros para la misión con los sacerdotes". Recordando el deseo del cardenal Osoro de que la catedral sea un santuario mariano para encontrarse con la Virgen, la diócesis "junto a una placa que recoge la memoria de tanto bien recibido" le regala también "un rosario con la imagen de la Virgen de la Almudena".
En realidad, Osoro aún mantiene un cargo peculiar: sigue siendo (lo es desde 2016) el ordinario para todos los católicos de ritos orientales que viven en España (cuyo número ha crecido con los refugiados grecocatólicos ucranianos que huyen de la guerra). Son unos 80.000 fieles atendidos por unos 50 sacerdotes en toda España. Con ese cargo, sigue formando parte de los distintos organismos de Conferencia Episcopal como un obispo en ejercicio.