Estas reflexiones las ha realizado en Radio María, en una alocución de 8 minutos en el programa “Sexto Continente” del pasado 3 de junio, en los que comenta la situación electoral y reafirma la obligación del cristiano de votar en conciencia, votar buscando el bien. Un cristiano solo podría votar al mal menor en ocasiones absolutamente excepcionales.
[El programa puede escucharse aquí; se aborda el tema en el minuto 45.15]
El obispo Munilla en este programa insiste: “Si se recurre al mal menor ha de ser algo 'excepcional'. No puede ser la fórmula habitual de presencia en la vida pública de un católico".
Y añade: "Si el recurso al mal menor es habitual, termina siendo algo perverso. Eso es lo que ha ocurrido en España".
La pregunta de un oyente comentaba específicamente que en las últimas elecciones escuchar los consejos de Munilla le habían ayudado a decidirse, en su caso, a votar en blanco, convencido de que el apoyo al aborto del PP no era un tema menor y dado que en su circunscripción no se presentaba ningún partido pequeño "que defendiese la vida de los no nacidos".
Pero ahora planteaba si estas elecciones de junio no eran equiparables a una segunda vuelta, en la que se debe elegir necesariamente entre los más votados. "¿No sería legítimo en este caso recurrir al principio del mal menor? ¿O por el contrario se sigue aplicando también el principio de que el voto en conciencia se ha de anteponer al voto útil?"
El obispo respondió: "La Iglesia no dirá nunca 'en este caso concreto has de votar a este' o 'has de votar en blanco', no". La Iglesia da unos principios de discernimiento para que un católico haga su aplicación concreta.
Después Munilla formuló un principio: "Hay que anteponer el voto en conciencia al voto útil".
Porque, dijo, "si los católicos renuncian a votar en conciencia y solo hacen voto útil 'por mal menor, por mal menor, por mal menor'... al final por el camino del mal menor llegan al mal mayor".
Y añadió: “Si se recurre al mal menor ha de ser algo 'excepcional'. No puede ser la fórmula habitual de presencia en la vida pública de un católico. Si tu forma habitual es el mal menor...¡es que al final nunca acabas de apostar por el bien! Si el recurso al mal menor es habitual, termina siendo algo perverso. Eso es lo que ha ocurrido en España, y ya hemos visto dónde nos ha llevado: a que todo el mundo piense lo mismo, que la ideología de género sea la doctrina común de todo el mundo... El pensamiento único: a eso hemos ido por el principio del mal menor".
Después comenta en este análisis que abstenerse -en el caso de estas elecciones en España- le parece poco compatible con la Doctrina Social de la Iglesia. También comenta que el sistema de segunda vuelta (que no existe en España pero sí en otros países) es una buena forma de que los votantes decidan quién gobierna al final, y no los partidos, con extrañas alianzas e intercambios.
Sobre la pregunta del oyente acerca de si es legítimo interpretar estas elecciones como una segunda vuelta comenta que puede ser legítimo interpretarlo así, pero igual de legítimo es interpretarlo de otra manera, por ejemplo, "un católico puede decir que en estas elecciones estamos igual que en las anteriores".
También podría ser legítimo tratar estas elecciones "como si se tratase de una segunda vuelta, y hacer una interpretación en base al mal menor. Bueno, creo que cada ciudadano tiene que ser él el que aplique el principio".
Después añade que para él "lo importante es que creamos en el principio de que el voto en conciencia tiene que estar por encima del voto útil y que el recurso al mal menor tiene que ser solamente excepcional. En este caso, esa excepcionalidad, ¿se da o no se da? Que lo decida en conciencia cada uno".