Más de 40.000 personas llegadas de todos los puntos de la Comunidad Valenciana llenaron este domingo la plaza de la Virgen de Valencia para defender la libertad de educativa, según datos facilitados por los organizadores de la manifestación (Escuelas Católicas y la Fundación San Vicente Mártir). 26 autobuses repletos de madres, padres, alumnos, profesores y demás personas vinculadas a la educación concertada han llegado a Valencia procedentes de Alicante, Castellón e incluso Murcia para manifestar su rechazo al arreglo escolar de la Generalitat, que relega a la concertada con el cierre de varias aulas.

Tanto la plaza como las calles adyacentes quedaron abarrotadas. La concentración fue amenizada por un concierto en el que alumnos de diferentes centros han tocado 'Libertad sin ira' y que ha cerrado la manifestación con el pasodoble 'Valencia', coreado por los asistentes.



Además, la presidenta de Concapa, Julia Llopis, ha leído un manifiesto de los padres por la libertad de educación, en el que ha destacado la labor social de la concertada, un tipo de educación, ha dicho, que atiende a "familias necesitadas", de calidad y a la que asisten alumnos de familias "humildes y trabajadoras".

Familias, profesores y otros colectivos educativos han reclamado "salvar" la escuela concertada y han pedido la dimisión del conseller de Educación, Vicent Marzà, en una concentración que se ha caracterizado por su ambiente festivo y reivindicativo.

Durante la hora que ha durado la reivindicación, se han mostrado carteles "por la libertad e igualdad" en la educación. En uno de ellos se exponía una imagen del conseller de Educación boca abajo, como "represor de la concertada", y en una pancarta se leía: "President, si gobierna Compromís, no nos sirves".



En la concentración han participado entidades como Feceval y Concapa, los sindicatos FSIE y USO, el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, y representantes políticos del PP, como el europarlamentario Esteban González Pons y la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y de Ciudadanos, como su portavoz en la Comunitat Valenciana, Fernando Giner.

La presidenta de Escuelas Católicas, Vicenta Rodríguez, ha explicado a los manifestantes que el próximo curso habrá 18 aulas menos en centros concertados y más de una veintena que no se han concertado a pesar de tener la ratio suficiente. 

Ha asegurado que la red pública de centros, la concertada y la privada "pueden y deben convivir", porque la educación y la libertad de enseñanza es un derecho recogido en el artículo 27 de la Constitución Española.



Según Rodríguez, en la Comunitat Valenciana hay 290.000 alumnos de escuela concertada, y cada uno de ellos "le cuesta la mitad" al Estado, y ahorra más de 6.000 millones anuales al Gobierno. Ha ofrecido la experiencia de la educación concertada, "pionera en extender la educación a colectivos excluidos, en épocas convulsas", para un pacto educativo "buscando el único bien de la educación".

Rodríguez ha indicado que todavía hay tiempo de considerar esas aulas cerradas y poder incorporar alguna para la que se ha pedido el concierto, ya que están en el plazo de los recursos de reposición.

El presidente nacional de Escuelas Católicas, José María Alvira, ha recordado a la sociedad y especialmente a la Administración que la sociedad es "plural, democrática" y en ella "caben todos los proyectos educativos".

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, ha indicado que no se trata de confrontar un modelo con otro, sino de respetar el derecho de los padres a elegir libremente el tipo de educación que quieren, y ha alertado de que se han producido casos de "derogación" del plurilingüismo, como el colegio Gloria Fuertes de Alzira. "Le recomendaría a Puig y a Oltra que escuchen la voz de un pueblo, hay que gobernar para todos y no solo para los tuyos", ha manifestado.

Desde la federación de enseñanza del sindicato USO, su secretario general, Arturo Gómez, ha criticado "los recortes" para el profesorado que se va a quedar en el paro, para quienes ha pedido la recolocación.


De momento las movilizaciones previas, desde Alcoy hasta Orihuela, han sorprendido a propios y extraños. Más de un titular de centro admite en privado que no esperaba semejante reacción de la comunidad educativa, que ha llegado a reunir hasta 10.000 personas en Alicante.

La cita en la ciudad de Valencia marca el momento álgido de la campaña, que ya cumple un mes y coincide con el anuncio de cuántas aulas se crean y suprimen para el próximo curso. Además, la concentración (desde las 12 horas en la plaza de la Virgen) supone un punto y seguido. 

La idea que tienen las patronales y la Mesa por la Educación en Libertad es mantener la presión hasta que acabe el curso, especialmente con acciones simbólicas, sin olvidar los recursos en los tribunales, que irán más allá de los recortes de unidades, sobre todo viendo los resultados obtenidos, que han llevado al Consell a rebajar considerablemente las supresiones en cuestión de semanas y teniendo en cuenta que hay más frentes abiertos, desde la negativa a concertar clases de dos años para que estén en igualdad de condiciones que en la red pública hasta los cambios en la admisión y la derogación del distrito único. 

Y sin olvidar que en 2017 se tienen que renovar (o no), los conciertos de las etapas postobligatorias, donde ya ha puesto el foco la Conselleria de Educación.