La condena es considerablemente inferior a la que reclamaba para ellos la Fiscalía, que les imputaba la comisión de cinco delitos de terrorismo.
El tribunal, sin embargo, solo les ha condenado finalmente por dos, al entender que no hay pruebas suficientes de los otros tres delitos.
La sentencia entiende probado que los dos fueron los autores materiales y planificadores de aquel atentado con bomba. Y les condena por los delitos de lesiones y de daños terroristas.
Les exime, sin embargo, de los delitos de pertenencia a banda terrorista –la Fiscalía les consideraba integrantes de la red terrorista internacional FAI-FRI– y tampoco les condena por estragos, al entender que la bomba que colocaron era de escasa potencia.
En contra de lo que reclamaba la Fiscalía, la Audiencia Nacional tampoco les condena por el delito de conspiración para atentar contra la Basílica de Montserrat (Barcelona). Aunque admite el tribunal que hay pruebas que alimentan fundadas sospechas de que pretendían atacar también ese templo –por el cúmulo de indicios recopilados por la Policía–, considera que no son pruebas definitivas como para condenarles por ese delito.
Al final, «Cariñoso» y «Moniquita» han sido condenados a 12 años de prisión cada uno de ellos, de los que en este momento hay que descontarles los más de dos años que ya llevan en la cárcel a la espera del juicio.
Además, se les impone a ambos 10 años de destierro de Zaragoza –por ser la ciudad en la que atentaron– y de Barcelona –donde estos dos chilenos vivían cuando fueron detenidos–.
Ambos se afincaron en la Ciudad Condal tras marcharse de su país, donde fueron juzgados también –aunque absueltos– por una oleada de atentados con bomba.
«Cariñoso» decidió entonces venir a España junto a su también compañera sentimental, «Moniquita». Francisco Javier Solar disfrutaba de una beca en España.
Ambos han sido condenados también a indemnizar con 182.601 euros al Cabildo Metropolitano de Zaragoza por los daños ocasionados en la Basílica del Pilar, y con 22.775 euros a la mujer que resultó herida por la onda expansiva de la bomba.