España es destino turístico de playa, montaña, cultura y gastronomía, pero también de fe. Una de cada diez personas que emprende un viaje en nuestro país lo hace impulsado por una motivación religiosa. En total, 17 millones de visitantes al año acuden a algunos de los 12.300 santuarios y ermitas que se encuentran diseminados por el suelo patrio, según datos de la Conferencia Episcopal y que recoge Europa Press.


Todo este movimiento genera, evidentemente, unos beneficios económicos. El turismo religioso está en auge en todo el mundo, donde genera un impacto económico de unos 13.000 millones de euros y se cuentan en más de 300 millones los viajeros de distintos credos que se desplazan por una motivación religiosa. El turismo religioso revitaliza la hostelería y la restauración del destino visitado y contribuye a la desestacionalización y a la diversificación de la oferta.


De vuelta a nuestro país, el inmenso patrimonio artístico (España es el tercer país del mundo, tras China e Italia, en patrimonio) constituye un poderoso atractivo para el visitante. Las catedrales más visitadas son las de Toledo, Sevilla, Santiago de Compostela y Burgos.


Entre los monasterios que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad, destacan el de Guadalupe (Extremadura), Poblet (Tarragona), San Lorenzo del Escorial (Madrid) y Suso y Yuso (La Rioja).


Las fiestas religiosas gozan también de una gran aceptación: la Semana Santa es cada vez más celebrada en numerosísimas localidades y muchas de ellas están declaradas de Interés Turístico Internacional, como el Misterio de Elche, el Corpus de Toledo y la romería del Rocío, entre otras muchas.


El Camino de Santiago goza cada vez de una mayor aceptación. El recién concluido año 2015 ha sido el mejor que se recuerda de los años ordinarios. Tan solo en el Jubileo de 2010, Santiago de Compostela recibió más peregrinos que en el pasado año. Y fue por muy poco: apenas 9.897 más, según datos presentados hace unos días por la Oficina del Peregrino y por la Axencia de Turismo de la Xunta.

Hace seis años, 272.412 personas llegaron hasta el destino compostelano, mientras que en 2015 lo hicieron 262.515 peregrinos, todo un récord en lo que se refiere a un año ordinario. Respecto al año anterior, en 2015 ha aumentado un 10 por ciento la afluencia de caminantes con destino a Santiago, y se espera que, en este año 2016, la apertura de la Puerta Santa de la catedral compostelana con motivo del Año de la Misericordia lleve a batir un nuevo récord de visitantes en la capital gallega.


Peregrinos de 179 nacionalidades emprendieron el Camino en 2015, 39 más que el año previo, y ya son mayoría los extranjeros (un 53,38%) sobre los españoles (46,62%). Tras nuestro país, los italianos son los más numerosos, seguidos de alemanes, estadounidenses, portugueses, franceses, británicos, irlandeses, canadienses, coreanos, brasileños y australianos.


El Camino Francés sigue siendo el que recorren más cantidad de caminantes, un 65,61% del total, mientras que el 16,44% se decanta por el portugués; el 6,05%, por el del Norte; el 4,35%, por el Primitivo; el 3,52%, por el Inglés, y el 3,51%, por la Vía de la Plata.


Pero el Camino de Santiago no es la única peregrinación que goza de una gran aceptación. Existen otras, como la Ruta Mariana, que es recorrida cada año por 12 millones de personas. Se trata de un itinerario de interés cultural y religioso que une tres países a través de los santuarios del Pilar (Zaragoza), Torreciudad (Huesca), Lourdes (Francia), Meritxell (Andorra) y Montserrat (Barcelona).

En el vídeo, el impresionante Botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela, que impacta a peregrinos llegados de todo el mundo