La crisis económica, la pobreza o el malestar político actual en España no parecen influir casi nada en lo que más importa a las personas: la felicidad.

Un informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre las "Opiniones y Actitudes sobre la Familia (II)" dice que la mayoría de los españoles son muy felices o tienen una felicidad máxima.


Según este estudio el 25% de la población española se considera completamente feliz, ya que en una escala del 0 al 10, donde cero se considera "completamente infeliz" y diez "completamente feliz", entre el 7 y el 10 es donde está una concentración de gente mayor.

De hecho, en promedio, el 84% de la población piensa que tienen una vida feliz, de la cual, más del 50% se considera bastante feliz.

La encuesta se llevó a cabo con 2464 personas, y el estudio se publicó en junio de 2014. El dato curioso es que no hay prácticamente nadie que se considere infeliz en España, ya que los que han puntuado su opinión de manera más baja (entre 0-2) apenas llegan al 1,5% del total.

Parece que la felicidad va subiendo, ya que en la respuesta a la misma pregunta formulada por el CIS en el mes de enero del año pasado, el porcentaje de españoles que se situaban entre el 6 y el 10 era del 78,8%.


Los datos sobre el paro brutal, especialmente extendido entre los jóvenes, el creciente número de pobres, los desahucios, el aumento de la corrupción y todas las cuestiones que cada día preocupan al español medio no parecen influir en la felicidad de las personas.

Según datos del INE de 2013, un 30% de los españoles se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. Pero no hay un 30% de infelices.

¿Cómo explicar tanta felicidad pese a una crisis durísima? 

Una respuesta podría ser que los españoles viven engañados, distraídos con entretenimientos, se niegan a mirar la realidad para no caer en depresión o tienen un optimismo exagerado.

Otra respuesta podría ser que los españoles aprecien cosas que no son materiales ni fácilmente medibles: el clima, la familia, los amigos o la espiritualidad... bastarían para dar felicidad pese a los problemas económicos. 

(Con material señalado por Nuria Villelas en CatDialeg)