Antonio María Domenech es un cura natural de Barcelona, nacido en 1977, formado en la Sociedad Misionera de Cristo Rey, párroco de diversos pueblos en la diócesis de Cuenca. Ha adquirido notoriedad en Internet por su blog Se llenaron de inmensa alegría y por su canal de vídeos de Youtube, con más de 3.000 suscriptores. Ahora ha publicado un libro lleno de anécdotas, y también de reflexiones útiles para la oración titulado Desvelos de un cura rural (Freshbook, aquí en Creo Tienda).
Su gran salto a Internet se dio a causa de la sotana negra que viste todo el año, verano o invierno, con lluvia o sol.
“Llegaba el verano y apretaba el calor, y todo el mundo empezó a preguntarme por qué seguía llevando la sotana. Cansado de explicarlo, se lo conté a un amigo que me dijo: ‘¿por qué no lo grabas en un vídeo y lo escucha todo el mundo?’ Así grabamos el famoso vídeo ‘Llevo sotana porque me da la gana’, que tuvo miles de visualizaciones. Así empecé el canal de YouTube, animado además por mi obispo, monseñor José María Yanguas”.
El papel de los curas youtubers
Una vez convertido en cura youtuber, el padre Antonio María dio otro paso mediático con su participación en el Primer Congreso Internacional de YouTubers Católicos, celebrado en Ávila el 3 de marzo de 2018. “Nuestra sorpresa fue mayúscula al llegar y darnos cuenta de que nos esperaba Televisión Española para el programa de TV2 Últimas Preguntas, la Televisión de Castilla y León, para las noticias del mediodía y otros muchos medios de comunicación. Incluso Marca, el periódico deportivo de más tirada en España nos dedicaba un artículo en su sección Tiramillas: ‘La Iglesia recurre a sacerdotes youtubers”.
Reenviar lo que te haga bien
El padre Antonio María anima a todos los cristianos a reenviar cualquier escrito o vídeo de Internet que les resulte positivo y edificante. “Es muy importante, en el mundo de las redes sociales, compartir los escritos que te hayan hecho bien, porque pueden ayudar a otros. Es importante participar con preguntas, por radio, en Facebook, en los comentarios de los vídeos, porque muchas veces quien no ve el vídeo puede leer tus palabras. Todo acerca de Cristo. No sabes a quién hará bien”, propone este cura tan rural como youtuber.
Una serie de vídeos que produce es la de temas resumidos y adaptados de la catequesis de Confirmación, que siguen también sus catecúmenos de distintos pueblos. La idea nació cuando en 2014 el catecismo oficial de la Conferencia Episcopal “Testigos del Señor” fue designado como el que debía usarse en las catequesis. “Verlo, leerlo y constatar que era bastante largo y algo denso fue todo uno”: era necesario resumirlo en versión YouTube. ¿Hace un cura de pueblo lo que debería realizar un organismo docente episcopal de gran alcance?
Ideas para sacerdotes de pueblos
En el libro explica que recientemente le telefoneó un sacerdote que tenía a su cargo pueblos pequeños y lo conocía sólo por YouTube. Le quería pedir ideas. “Le propuse que mirara los libros parroquiales para decir misa los domingos primeros de cada mes por los difuntos de ese mes, que invitara a los familiares y que así daba el primer paso. Que el segundo lo daría Dios”. También anima a visitar las casas de los habitantes de todo el año (“los que están en días laborables de enero y febrero en el pueblo”). Propone no hacer las visitas por ningún orden predecible, para tener a la gente del pueblo abierta a la sorpresa.
Prepararse para la muerte... hablando claro
El libro incluye anécdotas animosas y positivas, hermosos sermones para bodas, pero también muchas reflexiones sobre la muerte, tan común en los envejecidos pueblos de la España rural.
Un día predicó una homilía clásica sobre la preparación para la muerte. “Dije que todo lo que no es Cristo, se quedará aquí: el dinero, el trabajo, la familia... También dije que más vale morir dándose cuenta de lo que ocurre, porque el susto de la muerte dura poco, mientras que el susto de la condenación es para siempre. Que es preferible que venga el sacerdote, que uno pueda pedir perdón a Dios, arrepentirse, recibir la unción de los enfermos... Que la muerte de seres queridos debe ayudarnos a vivir como hubiésemos querido, que si nos vamos a arrepentir de algo, es mejor no hacer ese algo... “
Al finalizar se le acercó un matrimonio y le dijo: “Hemos ido a muchos entierros y nunca hemos oído palabras tan esperanzadoras, nunca oímos una homilía tan clara en una Misa funeral”.
¿Burlas por la sotana o la fe? Excusa para entablar conversación
La sotana a veces es causa de comentarios sarcásticos o incluso desdeñosos en el bar, la calle, la plaza... pero él lo aprovecha, con humor, para entablar una conversación con la gente. “Es mejor no asustarse, entablar conversación gracias al comentario y tratar de que Dios le hable a todas las personas a través nuestro. No tengáis miedo”, anima. “Salir a las periferias significar pasar tiempo con las personas que tienen otra vida distinta a la nuestra, otras ideas distintas a las nuestras”.
El suicida del piso 12 que no quería hablar con nadie
Cuenta también una experiencia que vivió en 2005 en Valencia. Un hombre joven se quería tirar de la cornisa de un edificio de 12 plantas. La policía dejó acercarse a Antonio María precisamente porque vestía sotana. “Dicen mis compañeros que suba y ya verá usted si puede ayudar”, le comentó un policía.
El joven se negaba a hablar con nadie: había 5 bomberos, 3 policías, dos médicas... “La policía americana tiene psicólogos al menos”, decía una de las médicas. “Sí, pero no tiene curas”, dijo el sacerdote, acercándose al suicida.
- Soy sacerdote, escúchame, no hagas eso, Dios te ama, hijo – dijo Antonio María. El suicida le miró, pero no respondió.
- Dios te va a ayudar desde el Cielo – insistió el cura.
- Dios no existe – respondió él. ¡Por primera vez se decidía a hablar con alguien!
- ¿Has hecho la Primera Comunión? – preguntó el sacerdote. Él dijo que sí, y que estaba confirmado, y que le confirmó un cura, no el obispo... Ya había un diálogo.
- Ven hacia aquí, hombre, siéntate y seguimos charlando –animó el cura. “Se alejó del precipicio y ante el asombro de todos bajó las escaleras donde estaban los bomberos, por su propio pie, y se montó en el ascensor”, escribe Antonio María, que lo ayudó durante meses con temas de papeles, laborales y acompañándolo.
Un ejemplo de los “desvelos de un cura rural”.