La Delegación de Juventud del Arzobispado de Barcelona organiza una tertulia para que alguien les “ayude a reflexionar sobre la situación del cristianismo y del hecho religioso en nuestra casa y en el mundo”. Y para esta reflexión han invitado a la famosa periodista Pilar Rahola, activa tertuliana televisiva.
El perfil de la periodista catalana ha causado cierto estupor en un amplio sector de la Iglesia en Barcelona, y el portal Dolça Catalunya, de gran difusión en el Principado, se pregunta si acaso la periodista es la persona más idonea para reflexionar sobre el futuro de la religión a tenor de sus ideas bien publicitadas.
El portal Dolça Catalunya hace repaso del pensamiento de Pilar Rahola, sobre la Iglesia, la moral y la religión: "Sostiene Rahola que el matrimonio homosexual es `muy bueno´; que el papa Pío XII pertenece -como Hitler y Stalin– a `la cara oscura de la humanidad´ por ser `cómplice del nazismo´; y que el aborto es `un derecho inalienable de toda mujer a decidir sobre su propio cuerpo´.
Dolça Catalunya recoge también la opinión que tiene la periodista independentista Pilar Rahola sobre la Iglesia Católica: “Un lobby misógino, discriminatorio e injusto”, y una “gran mentira histórica”.
Dice Rahola que la Iglesia es culpable de “sexismo criminal”, de “la maldad histórica del antisemitismo”, y hasta tiene “una culpa inequívoca y rotunda” de Auschwitz. Y claro, como demuestra el Código Da Vinci, la Iglesia se inventó el “hecho casual” de la divinidad de Jesús.
El portal Dolça Catalunya recuerda que en "el año 1996, cuando era teniente de alcalde de Barcelona, Pilar Rahola se negó a pagar una multa gritándole al pobre guardia urbano un `Usted no sabe quién soy yo´".
"El mismo año fue tránsfuga de ERC, pero rechazó devolver el escaño, y dejó un agujero en el partido independentista de 500 millones de pesetas".
"Recientemente se la ha pillado presumiendo de falsos doctorados y falsas sentencias de La Haya. Su cuenta de Twitter es un chorro de odio gritón e intolerancia. En fin, un modelo de virtudes para cualquier joven", subraya Dolça Catalunya.
Por último, Dolça Catalunya reflexiona sobre el perfil que el arzobispado de Barcelona debería tener en cuenta de cara a invitar a personajes que pudieran dar luz a los jóvenes católicos de la Ciudad Condal: "Ese alguien debería ser distinguido por su seny, respeto, tolerancia y ejemplaridad; que esté libre de ideologías laicistas o nacionalistas que persiguen arrinconar la fe en la sacristía, a mayor gloria de la “nació”; y, sobre todo, que no se dedique a poner al cristianismo de chupa de dómine".