La jornada Nuevas esclavitudes: El tráfico de niños, hoy, se ha celebrado en Barcelona con la participación de expertos que, desde la actuación policial, la atención a las víctimas y la reflexión jurídica y ética, han aportado sus experiencias para denunciar esta dramática situación, explicar los motivos de su presencia en la sociedad actual y buscar soluciones.

Una de las mayores activistas a nivel mundial en la lucha contra la trata de personas, la docente argentina, Alicia Peressutti, fundadora de la asociación Vínculos en Red, que será recibida esta misma semana por el Papa Francisco, ha definido la vulnerabilidad como “la cualidad que tiene alguien para poder ser herido”. Para la señora Peressutti “la protección del menor es clave, ya que de lo contrario las mafias aprovechan la vulnerabilidad para traficar con los niños”.

Entre los miembros de las fuerzas de seguridad ha destacado la participación del sargento de los Mossos d’Esquadra, Àlex Escolà, quien explicó que “en los dos últimos años hemos recibido 230 denuncias por abandono, la mayoría de menores”. El oficial ha concluido: “Para luchar con eficacia hacen falta más medios y sensibilización, tanto en las escuelas como en la sociedad civil y en los propios cuerpos de policía”.


“La legislación española es muy garantista con los menores extranjeros no acompañados que llegan a nuestro país; un menor no acompañado no puede ser expulsado” ha explicado la directora de la oficina de extranjería de Barcelona, Elena Nieto, quien ha remarcado que entre 2005-2015 se produjo en España una llegada media de 200 niños menores no acompañados al año; en su inmensa mayoría de origen marroquí (900) y prácticamente todos varones. 



Personalidades de la sociedad civil y de los cuerpos policiales que combaten y conciencian contra el tráfico de menores en esta Jornada

El presidente de Médicos Cristianos de Cataluña, Adalbert Marquès, ha subrayado las graves secuelas que deja la violencia infantil, las cuales van más allá de las lesiones físicas. “Hay consecuencias emocionales, retraso cognitivo y una inadaptación social que puede derivar en consumo de drogas, personalidad antisocial y conductas delictivas”, ha apuntado Marquès.

En la intervención de monseñor Robert Oliver, secretario de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores, leída por Josep Maria Simón Castellví, vicepresidente de la Fundació Casa de Misericòrdia de Barcelona (fcmb.org), por indisposición del ponente, se ha destacado que cuando el Papa Francisco formó dicha Comisión fue pensada como una clara señal de que “la Iglesia debe tener la protección de los menores entre sus más altas prioridades”.

Para resumir el trabajo de la Comisión, Oliver ha dicho en su escrito: “Tenemos dos perspectivas complementarias. La primera, identificar los mejores procedimientos, políticas y prácticas que se han desarrollado en diferentes partes del mundo. La segunda, desarrollar directrices para la aplicación de estas políticas en nuestras Iglesias locales alrededor del mundo. Para finalizar, Oliver ha asegurado que “la protección de todos los niños, adolescentes y adultos vulnerables tiene que ser de importancia primordial”.