El diputado del PP por Guipúzcoa José Eugenio Azpiroz es uno de los diputados díscolos que se ha negado a apoyar la reforma de la ley del aborto planteada por Mariano Rajoy, que ha quedado limitada a obligar a que las mujeres de 16 y 17 años tengan que recibir el consentimiento paterno para abortar.

El parlamentario popular asegura en esta entrevista con eldiario.es que no se siente un "ultraconservador" y afirma que asume que será multado con 500 euros por la dirección del Grupo Popular –que dirige Rafael Hernando– por romper la disciplina de voto junto con Lourdes Méndez, Javier Puente, Antonio Gutiérrez Molina -que no han votado-, y Eva Durán, que ha votado en contra.

-No, no creo que fuera en absoluto necesaria. Yo creo que lo que es necesario es una reforma que modificara el modelo de la ley Aído, que modificara en consecuencia la configuración del aborto como un derecho de la mujer, que está en el artículo 14, en el cual se permite abortar en las catorce primeras semanas sin ningún tipo de razón, motivo o causa. Eso es lo que me parece a mí que es el núcleo de lo que tendría que haber hecho el PP con su mayoría absoluta.

»Considero, además, que eso es lo que venía en el programa electoral del PP, en el que se dice que se va a cambiar el modelo y que se va a apoyar al concebido no nacido y también a la mujer. Y que se iba a hacer una ley de maternidad como complemento a la realidad de que hay mujeres que pasan situaciones francamente duras, difíciles y humanamente comprensibles de que son límites, de que están en la soledad y en el abandono. Eso hay que entenderlo y lo que hay que hacer es poner los medios para que eso no se produzca.

-Eso habría que preguntárselo a él. Aunque es posible que su intención haya sido esa, no quedarse plenamente parado y ha querido mover ficha en algún aspecto. El núcleo del problema es que se ha dado vía libre al aborto como derecho.


-No me siento ultraconservador. Es más, siempre han dicho que soy un poco rojo en cuestiones sociales. A mí los tickets no me gustan porque encasillan y limitan lo que cada uno es. Este asunto no es propio solo de los conservadores. En el manifiesto que firmaron los científicos hace unos años había personas de izquierdas, había ateos, había gente de todo tipo. La defensa de la vida del no nacido no es patrimonio de la derecha ni de los ultraconservadores. Estoy convencido de que también hay gente de izquierdas que piensan como yo.

-Porque el matar a alguien no es un derecho de nadie. No es un derecho a su propio cuerpo, es un cuerpo que lleva consigo, que lo ha generado junto con el padre, pero que en definitiva no es su propio cuerpo. Hay dos cuerpos. Otra cuestión es cuando pueda haber un conflicto de intereses grave, como poner en riesgo la vida de la madre. Nadie puede exigirle a una mujer que tenga el hijo y muera en el intento, eso es evidente. Pero cuando una mujer ya es madre y tiene un embarazo, es un retroceso histórico el que se entienda que es un derecho libre y sin ninguna razón ni causa el actuar así.

-¿Presionado?… Bueno, no sé. Yo comprendo que la dirección del grupo tiene que establecer unos criterios. Pero creo que en una sociedad como la nuestra y con unos antecedentes políticos como los que se han producido hay que razonar de otra manera. ¡Es que yo firmé el recurso de inconstitucionalidad y voté en contra de la ley Aído! Y en febrero de 2014 también me opuse a que se retirara el anteproyecto de la ley Gallardón.

-Sí. Porque en ese contexto y en una cuestión de la importancia y de la naturaleza de lo que estamos hablando, que afecta a la vida y afecta a las conciencias, creo que sí, que debería haberse dejado libertad de voto. No hubiera pasado nada y probablemente la ciudadanía lo hubiera comprendido y lo hubiera entendido como algo positivo y algo que no es una posición monolítica. Los parlamentarios del PP representamos a once millones de personas y no podemos estar todos totalmente de acuerdo. Pero cada uno tiene su papel.

-Si, por supuesto. Hablé la última vez con él el martes de Pascua, aunque ya habíamos hablado en otras ocasiones sobre esto por teléfono. También comuniqué mi postura al secretario general, José Antonio Bermúdez de Castro, y he escrito solicitando la libertad de voto. No he ocultado nada. Yo soy un señor leal al partido. Soy el afiliado 1.078.

»He estado 28 años escoltado y me he jugado la vida. He enterrado a compañeros a los que yo he metido en la política y en el PP y, por lo tanto, es mi querencia y mi partido. Y eso nadie lo puede poner en duda. Por eso me duele mucho tener que pasar por esta situación. No es nada grato ni nada fácil. Pero yo reivindico lo que legítimamente creo que tengo que defender.

-Por las manifestaciones que he oído en relación a las eventuales modificaciones lo veo difícil porque para mí lo nuclear es lo que he dicho al principio, que no sigamos manteniendo lo que hizo el Gobierno de Zapatero, que es constituir el aborto como un derecho. Hay quien dice que formalmente no está reconocido, pero materialmente sí. Si se subsanara eso…


-Sí. A nosotros nos han anunciado una multa y lógicamente tendremos que pagarla. Pero la recurriré porque para mí este tema es una cuestión de principios. Hay personas que ya me han manifestado solidaridad y ayuda para afrontarla. Pero tampoco esa es la cuestión.


-No puedo negar que me siento frustrado, porque me gustaría que este asunto no se hubiera tratado así.

-No, porque yo estoy cumpliendo con lo que me comprometí, con lo que suscribí en el programa electoral. Eso es lo coherente. No creo que tenga que dejar ni el escaño ni la militancia.

-Que considere que la economía es muy importante y fundamental para resolver el problema de los ciudadanos para sacarnos adelante de una situación crítica en la que mucha gente lo está pasando muy mal, sin empleo y sin autonomía económica. Pero que la vida es muy importante y que no hay nada más progresista que defender la vida del no nacido y también los derechos de aquellas mujeres que se ven forzadas a un aborto que no han querido.

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