“La Iglesia actuará con determinación para proteger a los niños y los adultos vulnerables, eliminando todo tipo de tolerancia o encubrimiento y para erradicar de nuestras comunidades y de toda nuestra sociedad la cultura del abuso sexual, económico, de poder y de conciencia”, asegura una nota publicada este martes por los obispos con sede en Cataluña.
La nota asegura que las entidades católicas se comprometen a adoptar “rigurosas medidas de prevención, que impidan su repetición, a partir de la formación de aquellos a quienes les serán confiadas misiones de responsabilidad y educativas”. El Miércoles de Ceniza se dedicará en las parroquias catalanas, como día de penitencia, a ayunar y orar por las víctimas de abusos.
El texto lo firman los obispos de las diócesis de Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona, Solsona, Tarrasa, Sant Feliu de Llobregat, Vic, Tortosa y Vic.
Tras una campaña de la prensa
En las últimas semanas, la prensa catalana y el diario El País han recogido testimonios de abusos sexuales implicando a un monje de Montserrat durante décadas, un par de párrocos de la diócesis de Tarragona y al menos un sacerdote de la de Gerona. El diario El País lleva tres meses pidiendo que todo aquel que conozca un caso de abusos sexuales ligado a la Iglesia española le escriba (no pide abusos ligados a otras entidades, mientras que el diario Ara, por ejemplo, de ideología nacionalista catalana, sí recoge casos recientes de abusos en otros ámbitos, como la natación deportiva).
Hay que tener en cuenta, además, que entre un 20 y un 30% de los menores escolarizados en Cataluña acude a una escuela católica o de asociaciones de ideario católico. Con más de 250.000 alumnos hoy en estas escuelas (y eran muchos más en décadas anteriores, con más natalidad), no es descartable que se vayan conociendo algunos casos más de abusos, quizá de décadas pasadas.
Publicamos la nota íntegra de las diócesis catalanas
Nota de los obispos de Cataluña sobre la protección de menores
En las últimas semanas, la Iglesia Católica en Cataluña se ha visto sacudida por algunas noticias referidas a abusos de menores, que nos llenan de vergüenza y de dolor, ya que algunos de los agresores eran personas consagradas o sacerdotes.
Los abusos a menores, que condenamos rotundamente, y la cultura que los fomenta o justifica, son un grave problema que afecta a toda la sociedad. Y la Iglesia, como parte de la sociedad, también se ve afectada.
Pedimos perdón a las víctimas y nos solidarizamos con su dolor; y también a todas las personas a las que el conocimiento de estos hechos ha escandalizado y ha hecho tambalear su confianza en la Iglesia.
Sufrimos y rogamos por las víctimas, que han quedado marcadas en su vida. En solidaridad con todos los que hayan sufrido algún tipo de abuso y con sus familias nos comprometemos a colaborar en el esclarecimiento de los hechos del pasado y encontrar la manera de ayudar a las víctimas en su restablecimiento.
La Iglesia actuará con determinación para proteger a los niños y los adultos vulnerables, eliminando todo tipo de tolerancia o encubrimiento y para erradicar de nuestras comunidades y de toda nuestra sociedad la cultura del abuso sexual, económico, de poder y de conciencia.
Asimismo, tomamos el compromiso de adoptar rigurosas medidas de prevención, que impidan su repetición, a partir de la formación de aquellos a quienes les serán confiadas misiones de responsabilidad y educativas.
Creemos que es justo valorar la dedicación generosa y madura de tantos sacerdotes y religiosos, de educadores en las escuelas y el tiempo libre, hacia los niños y jóvenes, y sus familias, y conviene que los defendamos de la sombra de sospechas generalizadas, así como queremos recordar el derecho que toda persona tiene a la presunción de inocencia. Mucho trabajo bien hecho así lo avala.
En estos momentos, reiteramos nuestro firme compromiso con el cumplimiento de la legislación vigente, canónica y civil, y que pasa por:
- poner en conocimiento del Ministerio Fiscal los hechos acaecidos que pudieran constituir delito contra la libertad e indemnidad sexual, para la valoración jurídica que corresponda;
- instar a las víctimas a que denuncien los hechos ante las autoridades civiles;
- e informar a la Congregación para la Doctrina de la Fe de cualquier caso de abuso fundamentado.
Y estamos atentos a lo que el Papa Francisco, reunido próximamente con los Presidentes de las Conferencias episcopales del mundo, determine para combatir estas acciones deshonestas y delictivas que tanto afectan el anuncio del Evangelio.
Pedimos que en todas las celebraciones religiosas de nuestras diócesis el próximo Miércoles de Ceniza, día 6 de marzo, al iniciar la Cuaresma, que es tiempo de conversión, se rece y se ayune de una manera especial por las víctimas de los abusos y hacemos nuestra la firme determinación del papa Francisco que señala que «el abuso sexual es un pecado horrible, completamente opuesto y en contradicción con lo que Cristo y la Iglesia nos enseñan».
Barcelona, 12 de febrero de 2019