Durante los últimos años en el seno de la Iglesia se ha ido tomando conciencia del daño provocado por Satanás, y del que décadas atrás apenas se hablaba. Esto se ha traducido en el nombramiento de cada vez más exorcistas por parte de los obispos diocesanos.
La Nueva Crónica de León habla de tres de ellos, los tres leoneses, pero que ejercen como exorcistas en otras diócesis como la de Santiago de Compostela, Oviedo y Barcelona.
Uno de ellos es Benito Gallego, deán de la catedral de Oviedo y exorcista de esta archidiócesis. Y sobre su oficio asegura que nunca interfiere “con la labor de los médicos, siendo una prioridad discernir si el afectado sufre problemas psiquiátricos, que es el campo de la medicina, o si realmente hay intervención demoniaca, donde entra en juego el oficio de exorcista”.
Los otros dos son además frailes dominicos. Juan José Gallego Salvadores es exorcista en Barcelona y fray Josemaría en Santiago.
Este último exorcista relata que “no todos los disturbios son posesiones, pero sí he visto vejaciones y posesiones diabólicas, brotes violentos o lenguas ignoradas con las que se manifiestan”.
Fray Josemaría es poco dado a las apariciones públicas y lo que tenía que decir lo dejó escrito en su libro Manual del exorcista, de contenido teológico, no divulgativo. El que también fuera misionero en Guatemala dio una charla en 2014 donde afirma que la acción del demonio “existe”, pero “no podemos buscar el sensacionalismo y verlo en todas partes, ni tampoco racionalmente excluirlo sin más”.
“No podemos reducirlo todo a una enfermedad psíquica, pero estamos en lo mismo: ni toda enfermedad es obra del maligno ni tampoco podemos decir que no haya casos donde su acción sí es evidente”, reconociendo desde disturbios externos a vejaciones y posesiones diabólicas, con brotes violentos o lenguas ignoradas "pero son bastante raras. No todos los disturbios son posesiones". Al hablar de ‘la peor’ no dudó en señalar” la sujeción diabólica voluntaria, en definitiva, las sectas satánicas”.
Fray Josemaría es exorcista en Santiago de Compostela
Por su parte, Gallego Salvadores, exorcista en Barcelona, cuenta casos que ha vivido. "Pierden el conocimiento, hablan lenguas extrañas, tienen una fuerza desorbitada, ves a señoras educadísimas vomitando, blasfemando" contra la Virgen.
Además, insiste en que “el demonio está mucho más presente en la sociedad de lo que la gente cree”; asegurando que “he visto comportamientos similares a los que se ven en las películas” pero sin querer más detalles pues, asegura, es un momento muy personal e íntimo del exorcista y las víctimas.
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