Hace unos días se supo que las exclarisas de Belorado habían acogido en el monasterio al obispo sedevacantista brasileño Henrique Ribeiro Da Silva. Y, justo ahora, las excomulgadas trasladan a diversos medios una información en la que se acusa al obispo de Burgos, Mario Iceta, de "causar un grave perjuicio" al monasterio, en una situación que califican de "asfixia económica".

Por su parte, la diócesis ha respondido con un comunicado en el que aclara que el déficit mensual de la comunidad asciende a 13.642 euros. "El arzobispo paga solo algunos gastos mientras que deja muchos otros sin atender", dicen las exmonjas, que acusan a Iceta de no pagar "las cotizaciones a las Seguridad Social, facturas de proveedores, gastos de Internet, telefonía, pólizas de seguros de los monasterios, servicio de mensajería, mantenimiento de la maquinaria del obrador, asesoría fiscal y laboral, seguro y renting de los automóviles".

El arzobispado de Burgos ha contestado que "es continuamente impedido por quienes ilegalmente se encuentran en dichos inmuebles. Las exreligiosas han sido requeridas hasta en cinco ocasiones para que faciliten toda la información económica, algo que nunca han realizado".

En cuanto a los pagos, la Comisión Gestora ha comunicado que paga un promedio mensual de 21.881,67 € en concepto de gastos (pago de los trabajadores, luz, agua, teléfono y los tres préstamos pendientes de pago). Sobre la Seguridad Social, el Arzobispado aclara que como "se declaró la excomunión y consecuente expulsión de la vida religiosa, no procede su encuadre, ni tampoco su tributación, como autónomas acogidas al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos".

Mientras, las hermanas, "anuncian su más firme intención de resistir ante la adversidad", con "un conjunto de acciones que las posicionará como monjas adaptadas a los nuevos tiempos" y amenazan con "internacionalizar el debate del cisma con ayuda de la prensa internacional elevando el debate a categoría global debido al interés que este tema ha suscitado en distintos países".

Se quedan en cuadro

La exreligiosa Adriana Gil Altares ha sido la última en marcharse del monasterio de las Clarisas de Belorado (Burgos). Se convierte así en la segunda de las excomulgadas que abandona la comunidad. La primera en hacerlo fue sor Paz, la vicaria, quien abandonó el lugar en el mes de agosto.

Según Libertad Digital, sor Adriana habría salido del convento "hace dos semanas" porque estaba "harta de todo". "Está con su familia, en casa" y "regular psicológicamente", añade el portal. Del por qué de su marcha, siempre según Libertad Digital, se debería a supuestas desavenencias económicas con su superiora, Laura García de Viedma.

Sor Adriana se convierte en la segunda de las excomulgadas que abandona la comunidad.

"Siguió a su superiora cuando llevó a la comunidad hasta la ruptura con Roma seguramente por su sentido de pertenencia. Pero siempre tuvo diferencias con ella, sobre todo ante ciertas decisiones económicas. Sor Adriana ha sido la que más ha trabajado en Orduña (el convento), del que Laura García de Viedma también era abadesa. Trabajaba de sol a sol, en la huerta y con los animales. También iba a los mercados los jueves y los sábados, a vender. Por eso, no aceptaba los desmanes económicos de sor Isabel", dice el medio, recogiendo las declaraciones de sus fuentes.

Con la marcha de Adriana Gil Altares, en el interior del monasterio quedarían sólo doce de las dieciséis monjas que residían en el monasterio antes de la ruptura. Una de ellas -sor Amparo- se marchó al principio descontenta con el rumbo de su antigua comunidad. 

María Teresa Roca, llamada por la comunidad sor Paz, abandonó el monasterio por desavenencias con la ex abadesa. La ex religiosa formaba parte del núcleo duro de Laura y era la vicaria de la comunidad (la segunda tras la abadesa). Fue una de las que acudió a los juzgados de Burgos a denunciar al arzobispo Mario Iceta por usurpación, y también participó en la primera entrevista que las religiosas dieron a 'TardeAR'.

Sor Adriana, la tercera por la izquierda.

Mientras tanto, hay otros que llegan al monasterio. Tras el fichaje fallido, por parte de las ex Clarisas de Belorado, del obispo Rojas, y de su asistente Ceacero, llegó, tiempo después, el del obispo sedevacantista brasileño Rodrigo Henrique Ribeiro Da Silva, fundador de la Sociedad de San José, que ha "tomado posesión" del convento de Burgos en el que, a día de hoy, todavía residen las ex Clarisas.