El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha instado a los cristianos a "estar en primera fila" e intensificar su oración por España.

"En nuestro querido país se ha intentado --sin éxito, por cierto, aunque parezca lo contrario-- expulsar a Dios de la vida para que los hombres y mujeres fuesen más dóciles a las órdenes de los poderes de diverso tipo y se entregasen en cuerpo y alma a los imperativos de la economía y de una presunta modernización y liberalización", ha dicho.

Así lo asegura el purpurado en su carta pastoral de esta semana, en la que pide "intensificar la oración por España" en Cuaresma y expresa su preocupación por "el repliegue de los cristianos y sus comunidades" y por el "desplome de los fundamentos de la vida humana", ante el que los cristianos deberían "dar testimonio públicamente con audacia, con firme y alegre convicción de que sólo Dios puede salvamos".

En su carta, titulada 'Rearme moral', recuerda que la Cuaresma es "tiempo de renovación interior, de regeneración espiritual, camino de vuelta a Dios para centrar nuestra vida" y subraya "cuánto bien nos haríamos a nosotros mismos los cristianos y haríamos a los demás, a la sociedad entera, si escuchásemos el mensaje que para esta Cuaresma nos ha dirigido el Papa Francisco".


Tras esta consideración, el purpurado describe cómo arranca la Cuaresma "con un tiempo revuelto por los escándalos y situaciones de quiebra moral, que a todos nos afectan" y añade que "se tiene la sensación de que vale todo, de que el fin justifica los medios, de que se puede poner en peligro el bien común de un país y su estabilidad democrática con tal de conseguir intereses, lucros y éxitos propios; de que la corrupción lo invade todo y que el 'becerro de oro' tiene cada día más adoradores".

A su juicio, "gracias a Dios, la corrupción no lo invade todo porque hay más fuerza moral de lo que parece". En consecuencia, "ni vencerán aquellos que, sin moral o sin importarles mucho la moral ni el bien ni el hombre, tratan de alcanzar ciertas cotas de éxito a costa de lo que sea, ni tampoco los adoradores del becerro de oro, sean los que sean, no tienen ningún futuro".


Según Antonio Cañizares, "lo cierto es que se ha perdido sensibilidad moral y que existe y se extiende una especie de adormecimiento moral, un no saber discernir ya qué es moralmente bueno y qué es moralmente malo". En este sentido, sostiene que "la sociedad está como dormida moralmente, está como embotada y necesita salir de su aturdimiento".

Ante esta situación, advierte de que "hay que hablar claro: el desarme moral lo han favorecido muchos intereses y también poderes que han presionado directa o indirectamente la sociedad española para liberar al español de toda preocupación ética y hacer de él un liberado, un agente dinámico y agresivo en lo económico como valor supremo y un hombre con una libertad casi omnímoda en su actuar".