Luis Argüello, nombrado obispo auxiliar de Valladolid en 2016, pasa ahora a ser su nuevo arzobispo.  Tomará posesión el 30 de julio. El cardenal Ricardo Blázquez será hasta entonces el administrador apostólico de la diócesis y ha anunciado que luego fijará su residencia en  Ávila, en la casa sacerdotal de esa ciudad.

Argüello dejará de ser secretario y portavoz de Conferencia Episcopal

«La nueva responsabilidad como arzobispo de Valladolid me insta a solicitar ser relevado como secretario general en la próxima Asamblea Plenaria y a limitar mucho mi presencia en Madrid a partir del próximo 30 de julio», ha afirmado Argüello en la rueda de prensa en Valladolid.

Preguntado por los periodistas si además de dejar la secretaría general dejaría también de ser el portavoz de Conferencia Episcopal recordó que su compromiso en el cargo era por cinco años y que se cumplen en noviembre del 2023. «Pienso que la dedicación a una archidiócesis como la de Valladolid pide una dedicación exclusiva», afirmó.

Toda la vida en Valladolid

Luis Javier Argüello nació en 1953 en la localidad palentina de Meneses de Campos, donde cursó estudios primarios, pero pronto se trasladó a Valladolid. Estudió bachillerato en el colegio de Lourdes, de los Hermanos de La Salle, centro en el que sería docente casi cuatro años. En la universidad fue profesor de Derecho Administrativo. Y en el Colegio de los Agustinos Filipinos cursó Teología.

Su perfil es peculiar entre los obispos porque su vocación fue tardía, a los 30 años. Fue ordenado sacerdote el 27 de septiembre de 1986, con 33 años. Antes fue un laico comprometido e inquieto por la realidad social y presidente local Justicia y Paz. Siempre le interesó el pensamiento del personalismo francés de Emmanuel Mounier y la reflexión católica sobre el bien común y la sociedad de los cuidados.

Ocupó la vicaría del Arzobispado vallisoletano en distintas etapas. Cuando el arzobispo era José Delicado Baeza le encomendó la dirección del Seminario Diocesano: lo dirigió de 1997 a 2011.

Dar voz a la Iglesia ante las políticas anticatólicas de Sánchez

En 2018 fue elegido como portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, lo que significa dar voz a la Iglesia ante la prensa y el debate público durante el Gobierno del socialista Pedro Sánchez.

Como tal, ha enfrentado los retos de la pandemia del coronavirus, la ley Celaá de educación, los ataques a las escuelas católicas y diferenciadas, las inmatriculaciones de edificios, ha comentado sus sospechas sobre la renta básica ("generar dependencias es de dominadores"), ha defendido a los objetores de conciencia frente a aborto y eutanasia, ha anunciado que la sanidad católica no aplicará eutanasias, ha pedido que el Estado investigue todos los abusos sexuales (y no sólo los de la Iglesia) y ha respondido a algunas declaraciones anticatólicas de políticos groseros. Temas no le han faltado como portavoz. Todos han alabado su firmeza en la exposición de estas posturas.

Valladolid: una población envejecida

Valladolid, la diócesis que pastoreará, es una provincia envejecida: el vallisoletano medio tiene 46,4 años (España misma está envejecida, la edad media de un español es 42 años). De hecho, Valladolid pierde población lentamente desde 2010, no por emigración sino por defunciones naturales. Actualmente la provincia cuenta con unos 520.000 habitantes. Los fieles se organizan en 300 parroquias, con unos 400 sacerdotes, la mayoría de edad avanzada, como es común en Castilla. La provincia tiene también unas 1.200 religiosas.

Como otras diócesis castellanas, es generosa en vocaciones misioneras: cuenta con unos 170 misioneros por el mundo (se dividen a partes iguales casi entre hombres y mujeres), pero también son de edad avanzada: 65 años de media.

Los últimos pastores de la diócesis vallisoletana fueron José Delicado (de 1975 hasta su retiro en 2002), Braulio Rodríguez (de 2002 hasta su paso a Toledo en 2009) y Ricardo Blázquez, que llegó en 2010 tras casi 15 años como obispo de Bilbao.

Retos actuales tras el proceso sinodal

En una entrevista reciente en Alfa y Omega, comentó el reciente proceso sinodal como algo que enlazaba bien con el Congreso de Laicos de antes de la pandemia y que ponía de manifiesto el gran reto para la iglesia española: "el desafío de la evangelización y la transmisión de la fe".

De las conclusiones destaca la importancia que dan a "la conversión personal y la importancia de la oración y la celebración".

Admite que hay preocupación entre los cristianos por lograr que la liturgia se entienda y transmita a los fieles, y también por protegerla "como misterio, como acontecimiento sacramental". Pidió "el valor profético de expresar el significado de la diferencia sexual y del ministerio ordenado reservado para los varones", es decir, que la Iglesia sepa explicar por qué sólo los varones son sacerdotes. Destacó que de 70 diócesis, sólo en 18 algún grupo habló de este tema, y sólo en 5 hubo quien claramente pidió la ordenación de mujeres.

El cardenal Blázquez y el entonces obispo auxiliar Argüello flanquean a un nuevo sacerdote recién ordenado en junio de 2022, Marcos Rebollo.

Se retira el cardenal Blázquez

Ricardo Blázquez presentó hace 5 años su renuncia como arzobispo de Valladolid por razones de edad, según es normativo, pero el Papa le ha mantenido en el cargo todo este tiempo.

Blázquez será ahora administrador apostólico de la diócesis hasta el próximo 30 de julio, día de la toma de posesión de Argüello. Ha anunciado que fijará su residencia en la casa sacerdotal de Ávila. Se despedirá de forma oficial de la que ha sido su última diócesis (tras las de Santiago de Compostela, Palencia y Bilbao) con una Eucaristía en la Catedral, el fin de semana anterior a la toma de posesión.

Blázquez nació en Villanueva del Campillo (Ávila) en 1942, estudió en los seminarios menor y mayor de Ávila, se doctoró en Teología en la Gregoriana de Roma (1967-1972) y también estudió en universidades alemanas.

En 1988 fue nombrado obispo auxiliar de Santiago de Compostela, en 1992 obispo de Palencia y en 1995, de Bilbao. Tomó posesión de la diócesis de Valladolid en abril de 2010. Fue creado cardenal por el papa Francisco en 2015. Fue presidente de la CEE de 2005 a 2008 y de 2014 a 2020 y vicepresidente durante el trienio 2008-2014. Ha sido Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca desde noviembre de 2015 a abril de 2022, cargo que ya había desempeñado de 2000 a 2005. El 11 de enero de 2022 fue nombrado Hijo Predilecto de Valladolid.