La masonería asegura llevar 300 años trabajando con símbolos para intentar decir algo relevante sobre el ser humano, pero a la hora de reflexionar sobre el drama de los refugiados y desplazados los masones españoles no han podido evitar ser capturados por la fuerza de la imagen cristiana, de la Madre con el Niño lejos de su hogar.
Según parece, la masonería española, con toda su parafernalia de símbolos y emblemas, reconoce que no tiene nada mejor que ofrecer y que la mejor forma de reflexionar sobre el sufrimiento y la incertidumbre del emigrante pobre y forzado es algo cien por cien cristiano: la celebración de lo que sucedió realmente hace 2.000 en la ciudad de Belén (y no en un mundo hipotético, metafórico o mitológico).
Hacer visible al sufriente... como Jesús
La tradición cristiana de siempre da voz y visibilidad, una vez más, al humilde y sufriente. También en la Europa del siglo XXI. También en las postales masónicas.
La Gran Logia de España/Grande Oriente Español, una de las principales asociaciones masónicas españolas, ha enviado por Internet su reflexión navideña con una foto de la agencia Efe y un texto.
"Desde El Oriente queremos difundir esta, la de la Agencia EFE, que muchos masones hemos recibido. Es la visión y el deseo de la primera agencia de noticias en español y la cuarta del mundo, en la que trabajan más de 3.000 profesionales de 60 nacionalidades en 120 países para contar lo que ocurre en el mundo con imparcialidad e inmediatez. Es la fotografía de una refugiada con su hijo, descansando en una tienda en la frontera entre Macedonia y Serbia. Una imagen que recuerda a aquella otra mujer que no encontró posada y se refugió en un humilde portal hace más de 2.000 años. Y una frase que ha recorrido el mundo: "Todos tienen derecho a ser felices".
La imagen la usó al principio en Twitter el presidente de EFE, el periodista Fernando Garea. La imagen utilizada fue tomada por el fotógrafo Georgi Licovski en 2016, en el campamento temporal de Tabanovce, en la frontera entre Macedonia y Serbia.
La agencia Efe no es tan "religiosa" como la logia y se limita a desear un "próspero 2019", sin mencionar ni la palabra "Navidad" ni ningún portal de hace 2.000 años.
El Dios hecho hombre, pequeño y vulnerable
Pero, efectivamente, la foto, incluso con su color azul tradicionalmente ligado a la Virgen María y a la noche estrellada en que nació Jesucristo, parece todo un homenaje a un historia muy concreta: la de un Niño muy especial que llama la atención del mundo, porque es el Dios hecho hombre, nacido de mujer, que sufre como un hombre y con los hombres, que sufre también la condición de ser desplazado y perseguido y no tener hogar propio.
Llama la atención que mientras muchas instituciones impiden colocar belenes o imágenes religiosas navideñas, tanto la Agencia Efe como la misma masonería se vean obligadas a rendirse ante la fuerza del icono de la Madre y el Niño, que es el encuentro también entre la humanidad y ese Misterio (que ama y pide amor) que es Dios.
En la imagen icónica faltaría solo la figura paterna, San José, el varón que cuida, protege y acompaña, modelo de esposo y padre nutricio. El Niño Jesús no tenía casa en Belén y fue refugiado pobre en Egipto, pero no le faltó un padre y una madre. ¿Quizá sería demasiado pedir en nuestra cultura de padres ausentes, a veces invisibilizados?
Militar en la masonería es pecado grave
La Iglesia mantiene que es incompatible y pecado grave para un católico pertenecer a una asociación masónica. El cardenal Joseh Ratzinger lo decretaba así en una nota de la Congregación de Doctrina de la Fe en 1983, reafirmando una enseñanza que tiene 3 siglos: "No ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión".
Para las asociaciones masónicas, es importante que sus miembros acepten ideologías y filosofías incompatibles con el cristianismo, como el relativismo, el subjetivismo filosófico y limitarse a un mero deísmo en el que "dios" es reducido a un concepto simbólico, siempre evitando (o criticando duramente) la idea de verdad y de revelación, que son claves en la visión cristiana de la realidad.
Además, muchas entidades masónicas, a partir de ciertos niveles, practican rituales de veneración de lo oculto, simbolizado en "Lucifer, señor de la luz" o en Bafomet.
El historiador Alberto Bárcena, por ejemplo, en su libro Iglesia y Masonería, explica que los masones "en el ritual de iniciación en el grado 29 según el rito Antiguo y Aceptado", escenifican un paso en que el candidato debe "ahora escoger entre la cruz cristiana, `símbolo de muerte y destrucción´ y la de ´la Luz y la Vida´, en forma de X, asociada a Baphomet, dios de la Luz". Este rito incluye pisar la cruz cristiana con los dos pies.
Militantes anti-vida y anti-familia
Más allá de las ceremonias y simbologías, en las logias masónicas actuales se preparan a menudo las leyes laicistas radicales, anti-vida (abortistas y eutanásicas) y anti-familia, como explica aquí el ex-masón Serge Abad Gallardo.
Una logia de masones abortistas en 2014 se manifiesta en Madrid a favor del aborto, una práctica incompatible con la Navidad (y el derecho humano a nacer)
En 2014, por primera vez en España, una orden masónica salió a las calles de Madrid en manifestación con pancarta, mandiles y símbolos masónicos. ¿Qué causa reivindicaban? Como recogió el diario El País, reivindicaban el derecho a abortar, que consiste en que una madre pueda matar a su hijo antes de que nazca.
Es decir, todo lo contrario de lo que simboliza la Navidad, de lo que simboliza la Madre con el Niño, el milagro de la vida que desafía a los poderosos que matan, a los Herodes.
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