"Doy gracias a Dios y a Santiago Apóstol por devolverme la vida". Con estas palabras, Teresa Romero ha dejado claro que ya no es paciente del Hospital Carlos III. Treinta días después de ingresar como la primera contagiada de ébola fuera de África, la auxiliar de enfermería concluirá en su casa su convalecencia. Los doctores consideran que ya se han descartado todos los riesgos posibles y que está sana y no podrá contagiar a nadie.
La auxiliar de enfermería, que fue recibida en su comparecencia por una sonora ovación que le han tributado sus compañeros del Hospital Carlos III, ha reconocido que "estoy aquí para daros las gracias. Aún me encuentro muy débil".
En una comparecencia ante los medios, Teresa Romero ha confesado que "estoy deseando irme cerca de mi familia a la que tanto tengo que agradecer para restablecerme rodeada de los míos. Los que me han hecho luchar por seguir en este mundo. Doy gracias a Dios y a Santiago Apóstol por devolverme la vida. Si Dios hizo el milagro se sirvió de mis compañeros".
Además, Teresa ha confesado que "cuando me veía morir me aferraba a mis recuerdos, a mi familia, a mi marido, al que adoro; yo me encontraba aislada. No tenía más contacto del exterior que el que tenía con Javier, a través teléfono, y del cariño de los profesionales".
La auxiliar de enfermería ha señalado que "no sé lo que falló, ni siquiera sé si fallo algo... sólo sé que no guardo rencor ni reproches".
Además, ha asegurado que "se ha demostrado que tenemos la mejor Sanidad del mundo y pese a la nefasta gestión política, nuestra sanidad es capaz de obrar milagros. Yo soy uno de ellos".
La auxiliar ha señalado que espera que su contagio sirva para "algo", para "investigar la enfermedad" y "ayudar a otras personas que lo necesiten. Si con mi sangre se puede curar, aquí estoy para quedarme seca".
La auxiliar también ha querido dar las gracias a la hermana Paciencia que haya donado su sangre para el suero de convaleciente y "a todos los mensajes que hemos recibido y sobre todo a los trabajadores del Hospital de Alcorcón y del Carlos III que han hecho posible salvar mi vida".
Javier Limón, el marido de Teresa Romero, ha tomado la palabra al final de la comparecencia de su esposa para hablar de su perro Excálibur, Limón ha señalado que tiene "un recuerdo inolvidable" de su perro, al que consideraban como el hijo que nunca tuvieron, algo que los que tienen mascotas entenderán.
"Excalibur fue ejecutado sin darnos si siquiera la oportunidad de alegar", ha subrayado Limón, al tiempo que ha agradecido a la familia amante de los animales que ha apoyado con la causa de Excalibur, una ayuda que fue "estéril", ya que, ha apuntado, "a nadie le importó lo relevante" que era el animal para una familia sin hijos.
La auxiliar de enfermería llegó al hospital el pasado 6 de octubre, tras seis días de síntomas, después de forzar su ingreso. Aunque no cumplía los criterios del protocolo -su fiebre era baja- se confirmó que tenía ébola. Probablemente se contagió mientras atendía a García Viejo, el segundo misionero repatriado tras infectarse en África.
Durante la semana posterior a su aislamiento en la sexta planta del Carlos III, Romero sufrió varias complicaciones que hicieron temer por su vida. Las superó todas. El día 21, el personal sanitario del centro confirmó que había vencido al virus. Solo faltaba eliminarlo de todos los fluidos.
Javier Limón, el marido de Romero, permaneció en observación en el mismo centro hasta el pasado lunes 27, pero no fue hasta el sábado cuando el matrimonio pudo reencontrarse por primera vez, una vez que los doctores de la auxiliar consideraron que ya no representaba ningún riesgo de contagio.
Por otra parte, Nicolás Marchal, uno de los abogados de Teresa Romero, ha confirmado que el matrimonio decidirá en los próximos días sobre las tres posibles denuncias que podrían acabar presentando.
La primera de ellas estaría dirigida contra la Consejería de Sanidad de la Comunidad por el sacrificio de Excálibur, la segunda contra el Consejero, Javier Rodríguez, por vulneración del derecho al honor y a la propia imagen. La tercera de las acciones se centrará en los defectos a la hora de aplicarse los protocolos para atender a los infectados por el virus del ébola en España, en aspectos como la dotación de recursos humanos y materiales y la formación del personal.