Bruno Salvador, el ya ex concejal popular en San Cugat del Vallés [población de Barcelona más bien rica, de 85.000 habitantes, nota de ReL], asegura sentir una gran paz y tranquilidad interior.
«Mi conciencia no me permitía otra cosa», señala a Alfa y Omega este político católico que seguirá luchando por la defensa del nasciturus.
Cuando llegó a la concejalía de San Cugat, donde el Partido Popular es la segunda fuerza política, Bruno de Salvador tenía grandes expectativas en el Gobierno de Rajoy. Él y también -tal como cuenta a Alfa y Omega- las bases del partido, ya que en el programa se recogía la defensa del nasciturus.
Pero el golpe de timón del Gobierno liderado por Mariano Rajoy con la retirada de la reforma de la ley del aborto supuso la gota que colmó el vaso de la desilusión del concejal, que el pasado 3 de octubre comunicó oficialmente su baja del Partido Popular.
Aseguraba en la red social Twitter que lo hacía por imperativo de conciencia y tras un periodo de reflexión.
Esa reflexión, ha contado él mismo a Alfa y Omega, se produjo en el seno del espíritu de San Ignacio de Loyola.
«Yo soy de espiritualidad ignaciana, y los ejercicios me han servido como instrumento de discernimiento», explica.
La batalla moral que se libraba en su interior se solucionó, cuenta, con la ayuda de dos meditaciones concretas de San Ignacio: dos banderas y tres binarios, que abordan la lucha entre el bien y el mal, entre la tentación, entendida como impulso hacia el mal, y la inspiración, entendida como impulso hacia el bien.
«Qué debe hacer el ejercitante cuando está desanimado?», se pregunta un sacerdote que guía a los fieles en la meditación de Dos banderas. «Lo que tiene que hacer es mantenerse en los propósitos que hizo durante el tiempo de bonanza. No cambiar los propósitos».
Y eso es, precisamente, lo que ha hecho Bruno de Salas.
No cambiar sus propósitos -«yo seguiré trabajando como concejal en San Cugat y seguiré defendiendo la vida del no nacido»- y sí abandonar un partido que, asegura, ha abandonado a sus votantes.
«Rajoy ha abandonado al partido mirando sólo cálculos políticos, lo cual hace mucho más grave su actuación porque la izquierda, aunque equivocadamente, actúa por convicción».
Denuncia que se haya mentido en un asunto como el aborto, «con muchas vidas de por medio» y explica que, como católico, no ha encontrado más salida que abandonar el Partido.
«Es la única forma de provocar una reacción. Que los afiliados y los simpatizantes empiecen a irse del Partido. El voto católico está cautivo en España, y llega un momento en que hay que replantearse las cosas y dejar de votar aquellos que abusan». [Ver aquí al padre Santiago Martín desarrollando ese mismo argumento]
Para quien le pregunte, como ya han hecho familiares y amigos, que por qué mantiene el acta de concejal, Bruno de Salvador tiene respuesta: «He reflexionado pausadamente sobre ello. Yo no he incumplido mis obligaciones, ha sido Rajoy el que ha actuado como un monarca absoluto. Si yo abandono como concejal, ponen al siguiente y Arriola y los suyos, tan contentos. Si me quedo, como concejal no adscrito, sigo trabajando por el no nacido y es la única manera de que el Partido pierda concejales».
***
Bruno Salvador además ha escrito la siguiente Carta Abierta en la que detalla los motivos que le llevan a dejar el Partido Popular. ReL la copia íntegra.
La semana pasada abandoné, por imperativo de conciencia y no sin dolor por los compañeros que dejo, la militancia en el PP y, consecuentemente, el grupo municipal del PP de Sant Cugat por la retirada de la reforma de la ley del Aborto impulsada por Gallardón, pasando a ser a partir de ahora concejal no adscrito. En estas líneas intentaré explicar brevemente el porqué de tal decisión.
Me voy porque Rajoy me ha traicionado. A mí y a muchos.‘Estos son mis principios pero si no te gustan tengo otros’. Esta frase que inmortalizó Groucho Marx resume la actuación del gobierno de Mariano Rajoy en una asunto tan grave y tan delicado como es el primero de los derechos fundamentales del hombre: el derecho a la vida.
La traición de Mariano Rajoy se enmarca en un triple ámbito:
1.- En primer lugar traiciona a muchos de los votantes del PP que depositaron en él su confianza al comprometerse a proteger la vida del concebido no nacido, tal como establece el programa electoral de las elecciones generales de 2011.
2.- Traiciona también a las bases del partido, afiliados y simpatizantes, puesto que, a día de hoy, los estatutos del partido todavía recogen el compromiso del PP en la defensa de la vida y los principios del humanismo cristiano.
3.- Traiciona un mandato de las Cortes Generales, que hace pocos meses votaba en contra de una propuesta de la izquierda que solicitaba la retirada de la reforma de la ley del aborto de Gallardón.
Nos encontramos, por tanto, ante un dirigente que ha perdido toda legitimidad moral, actuando como si fuera un monarca absoluto que hace y deshace a su antojo y excediéndose del marco competencial y contractual que limita su actuación y ello por un puñado de votos, ‘por treinta monedas de plata’…
¿Cuántas vidas humanas no llegarán a nacer por esta decisión injusta e inmoral?
Rajoy y su equipo se han convertido en un mero aparato para mantenerse en el poder. Éste es el objetivo. Fieles a la doctrina de ‘El Príncipe’ de Maquiavelo, con la promesa electoral de defensa de la vida, primero, y la reciente retirada del Proyecto Gallardón, después,tenemos un ejemplo clarito de que la política es el arte de alcanzar el poder, primero, y mantenerse en el mismo, después. En otras palabras, el fin justifica los medios. De aquellos barros, estos lodos…
He actuado con la convicción de hacer lo que las circunstancias requerían, al margen de personalismos, con la vista puesta en el bien común, y con fidelidad a unos principios que pensaba defendía mi partido.
Si mi partido los ignora, continuaré allá donde estaba en defensa de los mismos. Me consta que hay gente muy, muy, muy harta dentro del partido; tanto a nivel de bases como de cargos. Les mando todo mi afecto y admiro su perseverancia…
Por último: Mariano Rajoy, si te queda algo de dignidad y de coherencia, elimina por favor de los estatutos sociales del PP la defensa de la vida y los principios del humanismo cristiano.
Bruno de Salvador