Con esta claridad empieza un vídeo de análisis y denuncia del padre Santiago Martín, miembro del Pontificio Consejo para la Familia y fundador de los Franciscanos de María (www.frmaria.org, con presencia en varios países europeos e hispanoamericanos), en el que repite hasta 8 veces que los católicos en España ya no pueden votar al Partido Popular.
Con un Cristo sufriente y crucificado de fondo, el popular sacerdote periodista y escritor recuerda que aunque el proyecto de reforma de Gallardón aún "tenía muchísimas cosas mal" es cierto que "al menos representaba un paso en la buena dirección".
"Retirar esa ley del aborto que había prometido el Partido Popular y estaba en su programa electoral es decirle a cualquier católico consciente y coherente que no le vote. No podemos votar al Partido Popular. No podemos votarle porque si lo hacemos quedamos simplemente reducidos a la nada. Si en este momento el Partido Popular recibiera el voto de los católicos -repito, conscientes y coherentes- nos habríamos convertido en un grupo de votantes totalmente cautivos y por lo tanto irrelevantes. Podrían hacer con nosotros lo que fuera. Porque pasando por esto estaríamos diciendo [los católicos] que vamos a pasar por todo".
Santiago Martín admite que hay temas muy importantes en el debate político español (la recuperación económica, el independentismo catalán...) pero "lo que han hecho con la ley del aborto nos fuerza a los católicos a decir: no podemos votar a ese partido. No podemos votar al Partido Popular."
Y el padre Santiago, insiste: "aunque hay otros temas, este tema es tan importante que si cedemos en esto nos convertimos en una fuerza cautiva e insignificante en el futuro político".
Y plantea: ¿a quién votamos entonces? Santiago Martín descarta las formaciones de la izquierda, como el PSOE, que también son abortistas (el PSOE implantó las leyes abortistas de 1985 y de 2010, que acumulan más de 1,5 millones de niños abortados en España).
"Hay otros partidos que hasta ahora no tenían representación parlamentaria, y hasta ahora teníamos siempre la duda de si votarles era tirar el voto. No sé si a raíz de esto habrá -y animo a que ocurra- algunos políticos católicos del ámbito del Gobierno y el Parlamento, ayuntamientos o autonomías que entrarán en crisis con el partido en el que militan, se saldrán fuera y quizá ellos, uniéndose con otros partidos, puedan formar una institución que capte al desengañado, maltratado, voto católico, porque de hecho el Partido Popular acaba de tirar un montón, millones, de votos, a la basura, y nos ha dejado a los católicos en una situación muy difícil", añade el padre Martín.
"Quizá nunca hemos visto al PP como el partido ideal, pero en vista de la situación y de todos estos ingredientes, y el aborto era uno de ellos, lo considerábamos como un mal menor, como un mal que nos permitía tener una cierta presencia, y por lo tanto una cierta incidencia en la gestión de las cuestiones decisivas, incluida la cuestión de la vida", continua el popular sacerdote.
"Votar a los otros no sabemos si va a ser tirar el voto, pero lo que yo sí sé es que no voy a volver a votar al Partido Popular, aunque esto pueda beneficiar a la izquierda. Naturalmente no voy a votar a la izquierda", puntualiza, y añade que si el Partido Popular entra en una gravísima crisis "bien merecido se lo tiene".
"Creo que estamos empezando una travesía por el desierto, una travesía como la del pueblo de Israel por el Sinaí, que no sabemos cuando acabará pero que me parece necesario hacerla. Es necesario asumir el riesgo de quedarnos en la nada en este momento -o no votar o votar a partidos que nos representan en lo esencial aunque no vayan a tener esa presencia en la vida pública en parlamentos, ayuntamientos y autonomías- es preferible eso a aceptar que nos manipulen, nos utilicen, nos desprecien", denuncia el padre Santiago.
"Nadie es despreciable, pero cuando uno no se valora a sí mismo no debe extrañarle que los demás no le tengan en cuenta, que incluso le desprecien. Hacer de los católicos un voto cautivo es despreciarles. Y despreciar es una cosa muy fea que normalmente pasa factura. Vamos a rezar -esa es nuestra mayor fuerza ahora- para que surja un partido convincente, que en lo esencial -nunca habrá un partido perfecto- pueda atraer el voto de millones de católicos que en este momento digan al Partido Popular ´no puedo votarte´, no puedo volverte a votar".
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