El rey Felipe VI ha dirigido este viernes su primera Ofrenda Nacional como Rey al Apóstol Santiago, patrón de España, siguiendo una tradición que instauró Felipe IV.
En la ofrenda, el Monarca se ha referido a las formas de sentirse español y a la necesidad urgente de generar empleo, y ha recordado a las víctimas del accidente ferroviario de Angrois, ocurrido hace un año, y a los seis españoles que perdieron ayer la vida en otro accidente, esta vez aéreo.
Si se hubiera seguido el calendario a rajatabla, el Rey no tendría que haber realizado su Ofrenda ante el Apóstol Santiago hasta 2021, que es cuando se celebra el próximo año Xacobeo, es decir, cuando el día de Santiago cae en domingo. Sin embargo, este año se producían unas circunstancias muy excepcionales que han hecho que Santiago viva un Xacobeo fuera de fecha y que los Reyes asistieran a la misa en la catedral. Por un lado, era la primera festividad del Patrón de España con Don Felipe como Rey y, por otro, se conmemoraba el primer aniversario de la tragedia de Angrois, en la que 82 personas perdieron la vida en un accidente ferroviario.
La de este viernes ha sido la quinta Ofrenda Nacional al Apóstol realizada por Don Felipe, tras las efectuadas en 1989, 90, 91 y 93, por delegación de su padre, Don Juan Carlos, pero la primera que ha hecho como Rey.
«En nuestra España constitucional, unida y diversa, caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben todas las formas de sentirse español», afirmó Don Felipe. «Y eso hace de nosotros una gran comunidad social, cultural y política», añadió.
Vestido de chaqué y con la insignia del Toisón de Oro en la solapa, Don Felipe llegó a la plaza del Obradoiro poco después de las diez de la mañana, acompañado por Doña Letizia, que lucía el vestido de color rosa nude que estrenó en la boda de los Duques de Cambridge. Desde ese momento, la Reina mostró un gesto excesivamente serio, que mantuvo durante toda la ceremonia y que llamó la atención.
Los Reyes fueron recibidos con aplausos en una ciudad abarrotada de peregrinos y turistas, antes de escuchar el himno nacional y recibir honores militares. Tras saludar a las autoridades, accedieron a la Catedral de Santiago, cuya fachada se encuentra en estos momentos parcialmente bajo los andamios.
La ceremonia religiosa ante la tumba de uno de los doce apóstoles que formaron parte del círculo íntimo de Jesucristo y que evangelizó Hispania, fue concelebrada por 66 sacerdotes, entre ellos cuatro arzobispos y siete obispos.
Don Felipe quiso dedicar las primeras palabras de la ofrenda «para recordar, con un sentimiento profundo de dolor, a las víctimas del accidente ferroviario de Angrois que, el año pasado, llenó de luto a tantas familias, conmovió a toda España y ensombreció esta fiesta».
«Esta tierra gallega -añadió- concentró en aquellos días el dolor de toda España, y nos dio una extraordinaria muestra de solidaridad, de civismo y de nobleza que nos llenó de orgullo a todos los españoles». También transmitió la condolencia a las familias de las 116 personas, «entre ellas seis compatriotas nuestros», del accidente aéreo ocurrido ayer.
El Rey, que terminó sus palabras en gallego, también hizo una referencia al desempleo. «La crisis ha golpeado severamente a muchísimos españoles, que han sufrido o están viviendo situaciones difíciles a causa del paro; de la falta de oportunidades laborales para los jóvenes y para muchos hombres y mujeres que ya no lo son», explicó.
«Revertir esa situación ha sido, está siendo y será la prioridad del Estado y de toda la sociedad española», agregó. El Rey renovador también cogió prestadas unas palabras del Papa Francisco: «El trabajo es un deber que la sociedad tiene que ofrecer para que todo hombre y toda mujer pueda crecer en dignidad».
Como no podía ser de otra forma, Don Felipe habló del Camino de Santiago, al que calificó como «símbolo de fraternidad entre pueblos y personas del mundo entero, fue el primer proyecto común de Europa y constituye una muestra temprana de la relación armoniosa que se sustenta en lo que nos une. Con ella, con Europa, España está -y seguirá estando siempre- firmemente comprometida».
Respondió a Don Felipe el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien aprovechó sus palabras para agradecer a los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía «el generoso trabajo y el servicio realizado por el bien común del pueblo español» y pidió a Dios que «colme de bendiciones» a los nuevos Reyes para «bienestar de España y gozo de Sus Majestades y no les falte la luz y la ayuda divinas en el cumplimiento de su misión».
Tras la ceremonia, en la que se utilizó el botafumeiro para perfumar de incienso la catedral, los Reyes se acercaron a la imagen del Apóstol para darle el tradicional abrazo y, a la salida, tenían previsto asistir a la recepción ofrecida en el Ayuntamiento de Santiago antes de regresar a Madrid.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha celebrado el mensaje de Felipe VI, que en la ofrenda nacional al Apóstol ha recordado que la identidad española ha estado siempre configurada por la variedad de sus pueblos, y ha pedido al patrón de España que medie por una convivencia solidaria.
En la ceremonia religiosa celebrada en la catedral, Barrio se ha dirigido al Monarca y ha encomendado al Apóstol su «intercesión» con el fin de que atienda este mensaje del Rey, el cual ya había trasladado en las Cortes Generales hace poco más de un mes, cuando Felipe VI reivindicó una España constitucional, unida y diversa. Una nación, en definitiva, en la que quepan todos los sentimientos y sensibilidades, todas las formas de sentirse español, al ser estos factores, había dicho, los que desembocan en una gran comunidad «social, cultural y política».
Julián Barrio ha pedido que «el pueblo del Apóstol Santiago [Tierra Santa] y los demás» se vean bendecidos por la paz y ha recordado a todos los que sufren las consecuencias de la crisis «moral y económica», así como a los gobernantes, para que tengan fortaleza, generosidad y constancia en la búsqueda del bien común y de la «renovación ética» de la sociedad.
El arzobispo ha animado a «apreciar lo bueno que tenemos» y a hacerlo con «lucidez intelectual, coraje moral y capacidad de hacernos cargo de la vida de los otros», puesto que solo así se abren los «caminos de esperanza».
Barrio ha agradecido a los Monarcas Felipe y Letizia que en el comienzo de su reinado hayan querido presentar la ofrenda al patrón de España, les ha trasladado su afecto, y ha recordado igualmente a los Reyes Juan Carlos I y Doña Sofía por su «generoso trabajo y el servicio realizado por el bien común del pueblo español».