La Casa Real española ha cambiado el protocolo para la jura de nuevos miembros de las instituciones del Estado.
A partir de ahora, las personas acudan a La Zarzuela para realizar su ceremonia de jura de un nuevo cargo estatal podrán elegir que la Biblia y el crucifijo no estén en el atril o mesa donde juran.
Hasta ahora, los nuevos cargos tenían la opción de jurar (según la Real Academia: "Afirmar o negar algo, poniendo por testigo a Dios, o en sí mismo o en sus criaturas. Reconocer solemnemente, y con juramento") o prometer (según la RAE "Obligarse a hacer, decir o dar algo. Asegurar la certeza de lo que se dice") cumplir sus obligaciones.
Pero hasta ahora la disposición simbólica de la ceremonia y sus objetos los decidía íntegramente la Casa Real, y la Biblia y el crucifijo acompañaban siempre en la mesa a la Constitución Española. En la ceremonia, la persona podía decidir apoyar su mano simbólicamente en uno de los objetos.
Ahora, cada persona que se acerque a hacer sus votos podrá elegir si quiere que la cruz o la Biblia estén presentes.
Fuentes de la Casa Real el nuevo rey Felipe VI arguyen que el cambio trata de cumplir con la libertad religiosa que decreta la Constitución.
La nueva fórmula ya se ha empleado: el fiscal Antonio Narváez Rodríguez ha jurado ante el rey Felipe VI el cargo de magistrado del Tribunal Constitucional en sustitución de Enrique López (multado por conducir su moto sin casco y habiendo bebido alcohol).
En la ceremonia, celebrada en el Salón de Audiencias del Palacio de La Zarzuela, Narváez Rodríguez ha jurado su cargo delante de un ejemplar de la Biblia (abierta por el Libro de los Jueces, en este caso), otro de la Constitución y un crucifijo... por su propia decisión.
La fórmula sigue siendo la misma: "Juro (o prometo) cumplir fielmente las obligaciones del cargo de (el que corresponda en cada ocasión) con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado".
El Rey Felipe VI, que es católico, juró, y no prometió, cumplir la Constitución.