La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha trasladado al Papa Francisco en una carta su «preocupación por las dramáticas cifras de desempleo juvenil que sufre Andalucía, como también ocurre en España y en otras regiones de Europa» y el compromiso del Gobierno andaluz, «volcado en la creación de empleo, para luchar contra esta lacra».
En la misiva remitida al Pontífice, según informa el Gobierno andaluz en un comunicado, Díaz remarca que la «prioridad» de la Junta es «generar oportunidades para que los andaluces y andaluzas, especialmente los jóvenes, tengan la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo y no tengan que salir de Andalucía».
El Papa Francisco expresó hace unos días su consternación por las cifras de desempleo juvenil en Europa, en España y en Andalucía, causadas, según argumentó, por «un sistema económico donde el centro es el dinero, no la persona humana». Fue durante su vuelo de regreso de Tierra Santa, en conversación informal con los periodistas, y allí destacó que el paro juvenil en Andalucía alcanza el 60% y citó el problema de la «generación ni-ni», que ni estudia ni trabaja.
Díaz considera que las elevadas cifras de paro juvenil «son el legado de una larga y profunda crisis económica y de unas políticas que hacen prevalecer los intereses económicos por encima de los problemas y las necesidades de las personas».
Aunque llegó a la presidencia de la Junta de Andalucía hace sólo seis meses, Susana Díaz ha formado parte del gobierno andaluz desde 2012. El PSOE ha ocupado ininterrumpidamente el poder autonómico andaluz desde 1980, siendo ininterrumpidamente las cifras de paro de la región las más altas de España en estos últimos 34 años.
Díaz afirma en la carta que comparte «preocupaciones similares» con el Papa Francisco y que ambos están «comprometidos en luchar contra el paro juvenil y mejorar las perspectivas laborales de los hombres y mujeres de Andalucía y de Europa».
En ese sentido, junto al propósito de lucha contra el paro, Susana Díaz se muestra convencida también de que ambos coinciden en otros retos que tienen que ver con la pobreza y la exclusión, como la «enorme brecha social que ha provocado estos años de crisis y austeridad» o la «cada vez más grande distancia que separa a los países y regiones del Norte y del Sur».
La presidenta de la Junta, que ofrece al Pontífice la posibilidad de hablar personalmente sobre todas estas cuestiones, recalca finalmente «el deseo de sumar fuerzas y toda la capacidad a nuestro alcance para dar a muchos miles de jóvenes un aliento de esperanza en un presente y un futuro que entre todos debemos estar construyendo ya hoy».