Algunos lo consideran milagroso, y no es para menos. En la periferia de Barcelona, tradicionalmente con unos índices de práctica religiosa muy bajos, una iglesia destaca por lo contrario. Su templo está lleno a rebosar y ya no caben más feligreses. Estamos hablando de la parroquia de San Juan Bautista de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), más conocida como la del Fondo.


Su párroco, Mn. Francesc Espinar, acaba de cumplir 25 años de sacerdote y el día de la celebración de sus bodas de plata reunió a más de 1.200 feligreses que vivieron con intensidad una celebración de más de dos horas. ¿Qué está pasando en Santa Coloma de Gramanet? ¿Cuál es el "milagro" para que pueda reunir a tantos feligreses cada domingo cuando otros templos están medio vacíos?

Algunos lo han definido como modelo de inculturación, otros de integración, pero sobre todo lo que impera en el quehacer diario de Mn. Espinar es el sentido común. El Fondo es un barrio humilde de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), la novena ciudad de Cataluña en número de habitantes (122.000), y la mayoría son inmigrantes que llegaron de Aragón, Andalucía, Extremadura, Murcia... y un 40% extranjeros; en gran parte magrebíes, pero también vienen de Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Guinea, China, Nigeria...


Ante este panorama multicultural, Francesc Espinar optó por crear una parroquia que se amoldará a sus feligreses... y no al revés. En sus misas se puede escuchar hasta cuatro o cinco idiomas: Catalán, castellano, italiano y francés. Cantos baturros, andaluces, catalanes o en latín. Todo el mundo tiene cabida en la iglesia del Fondo. También los católicos chinos suelen tener sus celebraciones en su lengua gracias a la colaboración de algún sacerdote chino que invita Mn. Espinar cada mes. Y cuando no es posible, es el propio Francesc el que confiesa mandarín, gracias a una chuleta que muestra a cada penitente... y unas cuantas dosis de mímica.

Otra de las claves de la parroquia es que no entra la ideología o la política en sus prédicas o en la catequesis. "Cuando se junta la política con la fe se resta su fuerza original. Se trata de una utilización que en realidad es una traición a Jesús y a la Iglesia", declara Mn. Espinar al periodista Gorka Ellakuría de Zoom News.


Se nota que la gente quiere a Mn. Espinar. Va por la calle y todo el mundo le saludan. Le paran, le piden trabajo para el hijo, comida de Cáritas, algún dinerito para pagar la electricidad del piso... Se nota que el cura del Fondo "huele a oveja", como le gusta recordar al Papa Francisco. Está entre su gente, sabe sus nombres, sus necesidades y sufrimientos. Tras once años es uno de ellos.

Hay una nueva primavera eclesial en Barcelona, y la iglesia de Mn. Espinar es un buen ejemplo de como en medio de la aridez espiritual sobresalen muchas parroquias con nuevas maneras de evangelizar que "enganchan" a la gente.