El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha asegurado este sábado, en el marco de la celebración de la misa por la festividad de la virgen de la Almudena, que la forma de "salir verdadera y eficazmente de la crisis" pasa por el "amor fraterno" y la renovación de la devoción a la Virgen, y ha pedido a la patrona de Madrid que "conforte y anime" a los madrileños ante las "penalidades" de esta "hora crucial de la historia".
"En esa búsqueda de su amor de Madre misericordiosa, incluyamos el ruego de que nos conforte y anime en tantas penalidades y disgustos como nos afligen en esta hora crucial de nuestra historia: a nosotros, a nuestras familias, a Madrid y a España", ha destacado Rouco Varela durante la homilía de la misa celebrada en la plaza Mayor de la Capital.
Allí, ha señalado que les "duele que sean tantas las personas, incluso tantos los jóvenes que todavía no encuentran trabajo", que les "preocupa y duele que se pueda dañar la unión fraterna y multisecular entre todos los españoles" y les "causan profundo dolor las rupturas de los matrimonios y de las familias y sus consecuencias tan dramáticas para los niños deseados y no deseados y para los ancianos".
"Nos duelen las víctimas del terrorismo. Nos apena la soledad de tantos enfermos. Pero también nos causa profunda alegría el amor siempre fiel, delicado, paciente y finamente afirmado y practicado por tantos matrimonios y familias de todas las edades, generoso y fecundo, dando la vida a nuevos hijos", ha remarcado.
Con la vista puesta en la crisis económica, el cardenal de Madrid ha agradecido también la labor de Cáritas ayudando a los más necesitados, y ha dicho que es "un testimonio esperanzador de cómo la fe sabe transformarse en obras de servicio".
"En estos momentos de crisis y de incertidumbre económica, la acción de Cáritas, diocesana y parroquial, y de tantas obras de caridad que llevan a cabo numerosas realidades eclesiales de nuestra ciudad, son un testimonio esperanzador de cómo la fe sabe transformarse en obras de servicio: `de que la esperanza cristiana no es vana!". Por eso, el Cardenal ha pedido "que esas manos se multipliquen".
Por otra pare, ha sostenido que "cuanto más vaya introduciéndose la gracia de Dios en las conciencias de los madrileños, más se irán transformando sus comportamientos y conductas personales y, consecuentemente, en su raíz moral, las estructuras económicas, sociales y políticas imperantes".