La catedral de la Almudena de Madrid tiene una nueva capilla dedicada a San Juan Pablo II. El pasado domingo 13 de noviembre, el cardenal arzobispo Carlos Osoro inauguró este espacio en honor del mismo Papa que dedicó el templo en el año 1993.
Se trata de una capilla lateral situada junto a la sacristía mayor de la catedral. Es un espacio penitencial, de ahí, el confesionario que se encuentra en su interior. Que tiene, además, un sentido peregrino: el fiel podrá hacer un recorrido contemplando fotografías del Papa viajero.
Un relicario con su sangre
Mediante un código QR, los visitantes tendrán la posibilidad de rezar el padrenuestro, el avemaría y el gloria con el santo polaco, en diferentes idiomas. En mármol negro marquina, y con un peso de tres toneladas, la roca que se encuentra a la entrada remite al primado de Pedro.
La piedra, en la parte frontal, lleva incorporada una placa con las primeras palabras que pronunció Karol Wojtyla nada más ser elegido Papa: "¡No temáis! ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!".
La capilla se mantendrá abierta permanentemente con la luz básica: el panel del Papa que recubre el confesionario y las tres luminarias que cuelgan del techo, que representan la Santísima Trinidad. En uno de los rombos laterales, también retroiluminados, se ha situado el relicario con su sangre que se conservaba en la catedral, que alberga una ampolla con su sangre.
Intentando hacer ver
Los presentes en la inauguración pudieron visitar una pequeña exposición de paneles instalados por el Instituto de Cultura Polaco, que lleva por título Juan Pablo II, el Papa del diálogo.
"Será un lugar en el que podemos orar, confesar, donde podemos tener experiencia de un hombre que amó con todas las consecuencias a todos los hombres", afirmó Osoro, en la homilía de la misa que hubo previa a la inauguración. Y, añadió, que está dedicada a un gran santo. "Juan Pablo II pasó por todos los lugares de la tierra intentando hacer ver y regalar el amor de Dios", señaló.
El acto contó con un concierto y congregó a numerosos fieles madrileños y polacos. Entre ellos, la embajadora de Polonia, Anna Sroka; así como el arquitecto Benjamín Cano, del estudio Cano y Escario, que ha desarrollado el proyecto.