José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid y portavoz nacional del Partido Popular, decidió pactar los presupuestos municipales con el grupo de extrema izquierda Recupera Madrid, que a cambio de su apoyo pidió expresamente que se le retirase a la Fundación Madrina la ayuda de 200.000 euros prevista para 2022. Un acuerdo en el que ha habido "odio visceral" por un lado e interés puramente político por otro, según denuncia Conrado Giménez Agrela, presidente de la fundación.
La explosión de ayuda por el confinamiento y sus consecuencias
La cantidad que se les niega apenas cubre el esfuerzo realizado desde el inicio de la pandemia. "Nos hemos gastado más de 500.000 euros", nos explica Conrado: "Pasamos de alimentar 400 familias al mes a 4000 familias al día, de entregar 10 toneladas de comida al mes a 20 al día. Imagina la magnitud del problema. ¡Y fue una encomienda que nos hizo el propio Ayuntamiento! Atendemos a personas a las que ellos no pueden ayudar, porque no están empadronados o no tienen papeles. Vienen incluso los policías municipales a llevarse la comida para repartirla".
Las ayudas no consisten solamente en comida, también en alimentación infantil, pañales, estufas, bombonas de butano, etc. Para toda esta labor no recibieron ninguna ayuda: "Solo nos abrieron Caja Mágica como centro logístico. En nuestro call center hemos recibido 350.000 llamadas, en ocasiones 15 al minuto, en el momento en el que la Administración estaba cerrada".
En marzo de 2020, la Fundación Madrina reaccionó rápidamente a las nuevas necesidades y movilizó dos mil voluntarios y todos los recursos de sus donantes y benefactores para atender a miles de familias abocadas a la exclusión por el confinamiento y el paro subsiguiente.
Numerosos casos eran además derivaciones de la propia administración: "Nos pidieron ayuda para alimentar en todo Madrid, y hemos tenido hasta 60 derivaciones diarias de familias en situación de riesgo alimentario y de calle", precisa Giménez Agrela, quien recuerda que los servicios sociales se limitaron a abrirles los locales para que ellos cubrieran las necesidades de quienes no tenían qué comer y las de sus bebés.
Un reportaje de Estado de Alarma sobre la labor de Fundación Madrina en las colas del hambre durante el confinamiento de 2020. Incluye una entrevista con Conrado Giménez Agrela en el minuto 6:37.
A todo esto hay que sumar las ayudas específicas de los fines de Madrina, particularmente dedicada a la atención a mujeres embarazadas y madres en riesgo de exclusión social: "Con los centros de salud cerrados o centrados solo en el covid, hicimos 2000 ecografías, analíticas, atención pediátrica... y seguimos haciéndolo".
Una "vendetta"
En sus dos décadas de existencia, Madrina no ha recibido nunca dinero público. El origen de la ayuda ahora denegada se encuentra precisamente en las "colas del hambre" madrileña, cuando concejales de la corporación capitalina comprobaron la ingente labor que realizaba la fundación sin ningún recurso público o muy escaso. La edil Arantxa Cabello, de Vox, quien visitó el banco y vio cómo el Samur Social y la Policía Municipal se llevaban alimentos y enseres de bebé para los diferentes distritos de Madrid, se comprometió a trabajar por remediar esa situación y pedir una ayuda nominativa. Así fue, y en noviembre de este año la fundación recibió los 200.000 euros de 2021, que se incorporaron también como partida en los presupuestos municipales de 2022.
Este martes, la encargada de anunciar su eliminación fue la concejal comunista Marta Higueras, quien se felicitó del hecho porque, según ella, Madrina "acosa e intimida a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo".
"No necesito ir a las madres, ¡las madres nos vienen!", responde Conrado cuando le preguntamos por esta acusación. Lo llamativo es que esas madres acuden a la Fundación por indicación de los propios servicios sociales y centros de salud. Por eso, aunque lo considera una "injusticia", no es haber perdido esa ayuda lo que más le duele: "No es tanto eso, porque nosotros hemos vivido siempre de la Providencia y seguiremos viviendo, sino cómo lo han dicho, con saña, queriendo hacer daño, para mostrar a sus correligionarios nuestra cabeza cortada como trofeo. Goliat vence al pequeño David".
En cuanto a la otra parte del acuerdo, el equipo de gobierno, "han vendido la vida por el voto, porque nosotros salvamos vidas", afirma.
[Firma aquí la petición al alcalde Martínez-Almeida lanzada en Tufirma.org para exigirle que mantenga la subvención a la Fundación Madrina.]
Cita un estudio según el cual Fundación Madrina atendía antes de 2020 al 60% de la infancia en situación vulnerable y al 90% durante la pandemia, y sendas auditorías del Banco de Alimentos y de la Cruz Roja que la sitúan como la institución que más hace en Madrid por el reparto de alimentos.
"Para los servicios sociales sois una entidad imprescindible", elogió la propia Marta Higueras en 2017 cuando era teniente de alcalde con la alcaldesa Manuela Carmena. Una actitud que cambió radicalmente cuando la Fundación Madrina rescató a Diana, una madre peruana inmigrante a quien los servicios sociales estaban conduciendo a un aborto que no quería. A partir de entonces, afirma Giménez Agrela, se propusieron "destruir a la Fundación Madrina": "Y ahora que han tenido posibilidad de ejecutar la vendetta, lo han hecho. Nos tienen un odio visceral porque salvamos vidas, y eso es algo que no toleran".
Conrado lamenta que no se haya acudido a otras formas, técnicamente posibles, de salvar esta partida de los presupuestos, y que haya sido sacrificada: "Almeida ha estado dispuesto a sacrificar una institución que defiende la familia y a las madres, lo que no hace el Ayuntamiento. Han cambiado comidas por una fiesta", afirma en alusión al Orgullo Gay, destinatario de las ayudas pactadas ahora por el PP y los concejales comunistas.
Se da además la circunstancia de que, entre los receptores de los alimentos que repartió la Fundación en los peores momentos del confinamiento se encuentran organizaciones LGTBI a las que ayudó a paliar el hambre de las víctimas de la prostitución junto a cáritas parroquiales y asociaciones republicanas y de barrio. Porque "Madrina solo ve caras de niños, madres, personas y familias en necesidad, no ve colores políticos. Cuando la política se entromete en lo social, se vuelve sectaria y empobrece más a la población", explica Giménez Agrela.
A pesar de que reconoce un importante "enfado" entre los voluntarios de la fundación, han reaccionado con un apoyo "incondicional" y Conrado está tranquilo porque seguirán sin descanso un camino que hacen "solo por Dios y por los niños": "Haremos lo que siempre hemos hecho, y confiando en la Divina Providencia y en la generosidad de las personas de bien que valoran lo que hacemos".
"Cada niño que nace lleva un mensaje. Dios todavía no ha perdido la esperanza en el hombre", concluye.
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También puedes firmar aquí la petición al alcalde Martínez-Almeida lanzada en Tufirma.org para exigirle que mantenga la subvención a la Fundación Madrina.