No hay nada nuevo bajo el sol. Ya lo decía Chesterton "cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa". Y así sucede en Cervera, una localidad de la provincia de Lérida (Cataluña) que se significa por organizar cada año el conocido como "Aquelarre de Cervera", una fiesta popular en defensa de las brujas, quiromantes, echadores de cartas y todo lo que acompaña al mundo esotérico.
Más de 20.000 personas acudieron "a la fiesta" el pasado fin de semana (30 y 31 de agosto, y 1 de septiembre) la mitad que el año pasado, con una financiación pública por parte del consistorio de 170.000 euros.
El Ayuntamiento ha precisado que ese dinero de los contribuyentes se justifica de sobra ya que "un estudio encargado por la Generalitat, señala que el impacto económico que deja el Aquelarre en la ciudad supera los 700.000 euros".
La defensa de las brujas actuales, representadas por insectos, fue el argumento principal de esta XXXVI edición del Aquelarre de Cervera.
Los organizadores han explicado que querían dignificar el papel de las brujas del siglo XXI, intentando eliminar el cliché que se tienen de ellas como mujeres perversas con verruga en la cara.
Sílvia Pons, directora artística del evento, señala que “el objetivo es continuar con la esencia que ha consolidado la fiesta, pero adaptándola a la representación de las brujas al siglo XXI”.
Durante todo el fin de semana el olor a azufre, pólvora y fuego ha impregnado la atmósfera del pueblo de la Segarra.
El zenit de este evento esotérico se produjo el sábado por la noche con la corrida del Macho Cabrío, el demonio protagonista del Aquelarre. Las brujas y los diablos mostraban su adoración al demonio, desfilando por las calles de la ciudad entre el griterio de la gente. En el acto central de la representación, a eso de las tres de la madrugada, el Macho Cabrío, protagonista de la fiesta, saca un enorme falo, y ayudado por las brujas lanza a la multitud espuma que representa el esperma del demonio.
Los responsables del Aquelarre de Cervera también han pensado en los niños y para ello han organizado unos "akerralets" (aquelarre para los más pequeños) con la idea de ir iniciando a los infantes en el mundo de la magia y el esoterismo.
Los asistentes al Aquelarre de Cervera también tuvieron la oportunidad de asistir a la Fira del Gran Boc, ubicada en los recintos de la Universidad. Se trata de un mercado esotérico en el que exponían para su venta todo tipo de productos relacionados con el tarot, adivinación, quiromancia, cartas... y terapias alternativas. Realizaban rituales en vivo y demostraciones de magia.
El Consistorio leridano intensificó la promoción del Aquelarre con la presentación de una canción sobre la fiesta, interpretada por el grupo de ska Kayo Malayo.
Además, fue contratado la realización de un videoclip, en el que se narra como los diablos del infierno se van de vacaciones y se reencuentran en el Aquelarre de Cervera.