Se ha anunciado a mediodía de este lunes el nombramiento del valenciano Enrique Benavent Vidal, hasta ahora obispo de Tortosa, como nuevo arzobispo de Valencia. Acaba así -por razones de edad, al haber cumplido los preceptivos 75 años- el mandato del cardenal Antonio Cañizares, que gobernaba esta diócesis desde 2014, a la que llegó desde la Curia romana.
Benavent multiplica por diez las ovejas que ha de pastorear: deja una diócesis de 275.000 habitantes para pastorear los 2,8 millones de la diócesis valenciana, una de las más vivas y activas de España, y en los últimos años enfrascada en diversos conflictos, sobre todo en defensa de la libertad educativa, con el gobierno de socialistas, izquierda radical y nacionalistas que controla la Generalitat desde 2015.
Enrique Benavent fue obispo auxiliar de Valencia de 2005 a 2013, año en que pasó a ser obispo titular de Tortosa. Como arzobispo de Valencia multiplica por 10 las almas que se le encarga pastorear.
Benavent conoce bien Valencia: fue obispo auxiliar de Valencia de 2005 a 2013, cuando pasó a Tortosa. Nació en 1959 en Quatretonda (Valencia), estudió en el seminario valenciano y se doctoró en Teología en 1993 en la Gregoriana de Roma. Precisamente este año cumplirá 40 como sacerdote: le ordenó San Juan Pablo II cuando visitó España en 1982. En la Conferencia Episcopal preside la comisión de Doctrina de la Fe desde 2017.
Cañizares: pastoreó por media España con voz firme
Es difícil encontrar obispos españoles con una carrera tan amplia como la del cardenal Cañizares: profesor, obispo de Ávila, Granada, Toledo, Valencia y con un paso de varios años en la Curia romana como Prefecto del Culto Divino, máximo guardián de las enseñanzas sobre liturgia.
Un tema que repitió Cañizares en todos los lugares donde sirvió es: “Sólo volviendo a la tradición de la Iglesia, podremos entrar en la renovación de la Iglesia actual, donde Dios, su Hijo, Jesucristo, y la Palabra, son su centro”. Tradición y renovación son temas que en su enseñanza se han complementado.
El cardenal Cañizares besa la Reial Senyera de Lo Rat Penat, símbolo de la reconquista de Valencia de manos de los musulmanes. Esta reconquista se celebra el 9 de octubre, Día de la Comunidad Valenciana. En 2022, en el solemne Te Deum en la catedral de Valencia, el cardenal declaró, a modo de despedida: “soy valenciano con mucho y sano orgullo, cristiano, sacerdote y obispo en Valencia, y esta es mi mayor gloria en esta etapa de mi historia personal”.
Por donde ha pasado, ha impulsado la vida universitaria católica. Ha hablado siempre con libertad de todos los temas de actualidad de gran relevancia ética y social, desde los de moral y bioética, hasta la inmigración o los debates sobre la unidad de España.
Se ha reunido en actos públicos relevantes con ex-cargos socialistas como Zapatero o Rubalcaba, y ha sido amenazado con denuncias y "tormentas woke", especialmente por los políticos de la izquierda valenciana que han gobernado con fuertes tintes anticlericales durante su mandato en la diócesis levantina.
Cañizares, siendo Prefecto del Culto, en un debate organizado por La Razón en 2012 con el socialista Rodríguez Zapatero, ya ex-presidente del Gobierno español, autor de gravísimas leyes contra la vida y la familia.
Cañizares nunca se ha achantado ante las diversas campañas de políticos y lobbies contra él. Además, ha buscado siempre formas creativas de acercarse al pueblo, como el "Maremóvil" que llevó a la Virgen de los Desamparados por las calles durante la pandemia.
El cardenal Cañizares, con mascarilla, llevó a la Virgen de los Desamparados con el Maremóvil por toda Valencia en marzo de 2021; incluso la paró ante un centro abortista para rezar.
Pidió que se vigilara la entrada de posibles yihadistas o criminales entre los migrantes que llegan a España de forma descontrolada, pero también acogió en espacios de la Iglesia a migrantes pobres (incluyendo 40 del barco Acuarius) y creó una fundación, Pauperibus, para vender bienes de la Iglesia (sobre todo cuadros y esculturas antiguas) y ayudar a los pobres valencianos, víctimas de las sucesivas crisis económicas.
Participó en la primera misa en árabe en la Basílica de los Desamparados, con cristianos iraquíes, y creó la primera parroquia personal para africanos, pensando en un espacio especialmente acogedor en lengua y costumbres para migrantes de África.
Impulsó la devoción al Sagrado Corazón (renovó su consagración de Valencia en 2018) , a San Vicente Ferrer, con un jubileo, y al Santo Cáliz de la catedral de Valencia, que según varios expertos sería un vaso helenístico de piedra semipreciosa, del siglo I, que perfectamente podría haber usado Cristo en la Última Cena.
En 2018, con su carta “Mi casa es casa de oración”, el antiguo prefecto de Culto Divino pedía a los sacerdotes que promuevan el silencio en el templo ("llega el momento de la paz y se arma un lío de rumor, a veces poco respetuoso, y al final de la celebración el ‘guirigay’ que se arma es el que es y como es"). También el decoro al vestir: “infinidad de veces algunos o algunas entran con vestidos inadecuados o indecorosos con el respeto que se debe a la casa de Dios", escribía.
Las declaraciones del Cardenal Cañizares han dejado numerosos titulares llamativos, he aquí algunos ejemplos de 2016.
Universidad y bioética valiente
Gran impulsor de la vida universitaria católica en Ávila, Granada o Valencia, pedía a las universidades católicas generar "una nueva civilización, la del amor y la paz, y una nueva cultura, la de la vida y la misericordia”, y animaba al mundo universitario a “la evangelización, sobre todo de los jóvenes, tan necesitados del Evangelio”.
Cuando se ha lanzado a polémicas bioéticas, lo ha hecho bien documentado. Así, distintos medios le acusaron en pandemia de difundir bulos sobre vacunas a partir de líneas de fetos abortados, pero él enseguida concretó a qué se refería: la tabla de la revista Science Magazine, donde "hay más de 130 candidatos a vacunas contra COVID-19, según la OMS. Al menos 6 de esos candidatos usan una de dos líneas de células fetales". El cardenal tenía razón y buenas fuentes.
En la pandemia, pidió mantener las iglesias abiertas el máximo de horas posible, con el Santísimo expuesto y aumentar el número de misas, aunque cada una tuviera pocas personas. Le apenó mucho, pasadas las restricciones, ver que la asistencia a los templos seguía siendo reducida ("casi me puse a llorar", dijo, viendo la catedral medio vacía).
Contra las blasfemias
Cañizares ha sido uno de los obispos que ha protestado más veces y más claro ante actos blasfemos, especialmente subvencionados con dinero público o impulsados por políticos.
A veces, se trataba de profanaciones en iglesias: en 2015 robaron un sagrario con formas consagradas en la capilla del Hospital Arnau de Vilanova, y en desagravio convocó a mil valencianos para orar en la catedral.
Pero otras veces había políticos de por medio. Así, el pregón blasfemo de Santiago de Compostela en 2018, ofensivo contra el apóstol y la Virgen del Pilar, lo criticó en su texto “Perdónalos porque no saben lo que hacen”, citando la Constitución y diciendo directamente al alcalde de Santiago, Martiño Noriega, de Podemos: “No ha estado a la altura que exige ser alcalde de esa ciudad, conocida y reconocida en todo el mundo por ser la ciudad del Apóstol, y en torno a las peregrinaciones a su sepulcro se fraguó Europa”.
En 2017, escribió en La Razón protestando por una sociedad enferma de laicismo agresivo que insulta. El detonante era una carroza grosera del carnaval de Las Palmas en la que un dragqueen se disfrazaba de la Virgen y de Jesucristo en la cruz en un espectáculo de mal gusto. Pero también mencionó un cartel de un lobby antisistema que mostraba a la Virgen de Montserrat y la de los Desamparados en un beso lésbico, hecho que sacó a decenas de miles de valencianos (y 8 obispos) a la calle en protesta, con el apoyo de asociaciones de toda España.
Y también la exposición en Navarra con hostias supuestamente consagradas robadas. "Hoy ha sido Canarias, en otro momento ha sido Navarra, el año pasado fue Valencia; hechos semejantes están ocurriendo con total impunidad. ¿Qué nos está pasando?", protestaba.
En 2017, le preguntaban al cardenal en La Razón: "¿Se puede ser independentista y un buen católico?". Y él respondía: "En el caso de la secesión, no. Lo digo cuando se trata de países democráticos. No se puede ser católico en Italia y defender el secesionismo. San Juan Pablo II decía: «La unidad de Italia no se toca, es un bien moral» (entrevista completa, aquí).
El itinerario eclesial de Cañizares
Antonio Cañizares nació en Utiel (Valencia) el 15 de octubre de 1945. Estudió en el seminario de Valencia y en la Universidad Pontificia de Salamanca, en la que obtuvo el doctorado en Teología, con especialidad en Catequética. Fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1970.
Fue profesor de Teología de la Palabra en la Universidad Pontificia de Salamanca, entre 1972 y 1992; profesor de Teología Fundamental en el Seminario Conciliar de Madrid, entre 1974 y 1992; y profesor, desde 1975, del Instituto Superior de Ciencias Religiosas y Catequesis, del que también fue director, entre 1978 y 1986. Ese año, el Instituto pasó a denominarse San Dámaso: Cañizares siguió al frente hasta 1992.
En marzo de 1992 fue nombrado obispo de Ávila. En la ciudad de Santa Teresa impulsó el nacimiento de la Universidad Católica de Ávila. Juan Pablo II le nombró miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe ya en 1995.
En 1997 fue nombrado arzobispo de Granada: también allí impulsó la creación de centros académicos superiores católicos. En 2002 fue nombrado arzobispo de Toledo (lo que implica el cargo honorífico de Primado de España), desde donde opinaba sobre cuestiones sociales que afectaban a todo el país.
Benedicto XVI le creó cardenal en 2006. Como cardenal formó parte de la congregación de Doctrina de la Fe, de Ecclesia Dei y la congregación para los obispos. Después, en 2008, Benedicto le hizo trasladarse a Roma para ejercer como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
En 2014, el Papa Francisco lo designó como arzobispo de Valencia, volviendo así a su región natal tras haber conocido y servido en media España y Roma.
Fue vicepresidente de la CEE desde 2017 a 2020 y desde 2005 a 2008. También fue Presidente de la Subcomisión Episcopal de Universidades (1996-1999) y de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (1999-2005); y miembro del Comité Ejecutivo (2014-2017).
El el vídeo, Cañizares anuncia su despedida del pastoreo de la diócesis valenciana (a partir del minuto 8:36).