La responsable de Educación del Partido Popular y portavoz en la materia en el Congreso de los Diputados, Sandra Moneo, considera que el carácter evaluable que el proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) da a la asignatura de Religión no es una "línea roja" en la tramitación parlamentaria ni se considera un elemento "sustancial" de la reforma del sistema.
En una entrevista con Europa Press, Moneo dejaba así abierta la puerta a que esta previsión de la norma, que ha suscitado las críticas de los grupos de la Oposición y de una parte de la comunidad educativa, pueda sufrir alteraciones durante la tramitación de las enmiendas parciales a la LOMCE que comenzarán a debatirse en el mes de septiembre.
"Hay elementos (en la ley) que constituyen un antes y un después en el sistema educativo y luego hay otra serie de elementos sobre los que trabajaremos en las próximas semanas pero sería muy aventurado por mi parte marcar líneas rojas más allá de las cuatro o cinco elementos fundamentales de la reforma", ha señalado preguntada por la asignatura de Religión, tras afirmar que su grupo está "valorando todo el conjunto de enmiendas".
Así, existen en la norma "elementos sustanciales que serían difícilmente cuestionables" por parte del Grupo Popular, entre los que Moneo no incluye la asignatura de Religión y sí las evaluaciones externas al término de cada etapa, las medidas orientadas a la autonomía de los centros o el planteamiento de la Formación Profesional, que "sí son cuestiones muy sustanciales", conforme ha señalado.
"Nosotros nunca hemos hecho batalla política de la asignatura de religión ni lo pensamos hacer, entre otras razones porque creemos en la libertad y la libertad es la que tiene que presidir la elección de las familias si quieren que sus hijos estudien Religión o quieren que se estudie otra alternativa", ha declarado.
La diputada popular ha recordado que la previsión en la LOMCE es que sea "de oferta obligatoria y de elección voluntaria", en línea con los acuerdos Iglesia Estado. En esta línea, ha afirmado que con esta ley, "que no es un capricho del Gobierno sino el cumplimiento de un tratado" internacional, "nadie que no quiera estudiar Religión tendrá que hacerlo". "A nadie se le obliga a estudiar religión", ha reiterado.
En este sentido, ha dicho que en el PP no se entiende el "debate tan intenso" en torno a esta cuestión, que ha tenido lugar, en su opinión, porque "los partidos, sobre todo el Partido Socialista aunque también algunos de izquierdas, han construido el discurso de esta ley en torno a diversos aspectos ideológicos entre los que se han centrado fundamentalmente en la asignatura de Religión".
"Entendemos que para determinados partidos al final la Religión se convierta en el núcleo del debate educativo pero tengo que decir que los problemas del sistema son otros y requieren la suficiente sensatez y compromiso como para que nos centremos en aquellos elementos que nos están distanciando del éxito que tienen en el resto de países", ha apostillado.
Además, Moneo defiende que su propuesta mejora el sistema implantado por el PSOE, que no ofrece alternativa a Religión, cuando "ninguna hora es prescindible dentro del ámbito educativo". "Esa configuración del Partido Socialista de dar la asignatura de Religión pero sin alternativa era una especie de ´sí, te lo oferto pero no quiero que se note mucho, porque mi planteamiento quizá no es ese´".
En cuanto a la reivindicación de la Conferencia Episcopal de extender la obligación de ofertar Religión también en el Bachillerato, la diputada ha recordado que esta etapa educativa es "post obligatoria" y, por tanto, no es a la que se refiere el Concordato. Así, la configuración de esta materia se situará "conforme digan las comunidades autónomas, junto con un conjunto de enseñanzas que podrán ofertarse o no".
Por otra parte, sobre la eliminación de Educación para la Ciudadanía que también prevé la norma, Moneo ha defendido que es "insostenible mantener en el sistema educativo una asignatura que había provocado que cientos de familias acudieran a los tribunales para defender el derecho fundamental de educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones".
"En estos momentos lo que plantea la LOMCE es que determinados principios que nosotros defendemos, como son los constitucionales, las declaraciones de Derechos etcétera, tienen que impregnar todo el sistema en una transversalidad que se mantiene a lo largo de toda la enseñanza obligatoria. No existe el momento de confrontación ni existe un campo de enfrentamiento más allá de quien quiera buscarlo", ha añadido.