Esta peregrinación fue sólo la primera etapa de un largo viaje a Jerusalén. El fundador de la Compañía de Jesús permaneció diez meses en un cueva de Manresa, meditando y ayunando. Una experiencia que marcó su vida.
Ahora un grupo de jesuitas ha puesto en marcha el Camino Ignaciano, que recrea aquel viaje de San Ignacio de Loyola y permite revivir el proceso espiritual del fundador de la Compañía de Jesús.
El Camino discurre a lo largo de 650 kilómetros y está dividido en 27 etapas, que atraviesan el País Vasco, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña.
Su web oficial explica todos los detalles. Incluye una biografía de San Ignacio de Loyola, las etapas del camino y una guía espiritual de meditación personal para cada uno de los 27 puntos de interés.
Como explica la página CaminoIgnaciano.org, "la importancia global del concepto de peregrinación en la mentalidad de Ignacio es importante. Su obra maestra, Ejercicios Espirituales, fue compuesta en gran parte durante una peregrinación y en su Autobiografía se refiere a sí mismo no como ´Ignacio´, sino como el ´peregrino´. Además, dejó establecido en las Constituciones de la Compañía de Jesús que todos los jesuitas en formación deberían emprender también una peregrinación, requisito prácticamente único entre las órdenes religiosas. Aunque la mayoría de las peregrinaciones importantes dentro de la cristiandad europea se centran en un lugar de destino reverente por reliquias o eventos religiosos, el Camino Ignaciano traza un recorrido que fue caminado por un ser humano real. Los peregrinos no sólo van a caminar hacia un lugar, sino que van a recrear la experiencia de Ignacio en su viaje a través de España".