Familia, la asociación que más número de familias aglutina en España, solicitó entrevistarse con él, pero su oficina declinó una y otra vez que dicha entrevista tuviera lugar. El presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco ha señalado que “sorprende comprobar que una autoridad del Consejo de Europa, responsable de una materia tan sensible como los Derechos Humanos, no se haya mostrado interesada en oír a las familias españolas sobre cuyos derechos en materia de educación e infancia ha venido a opinar”.
Curiosamente, el Comisario expresó su preocupación para la supresión de la asignatura “Educación para la Ciudadanía” del currículo escolar y el “peligro de que sus contenidos fueran diluidos”. Nils Muiznieks parece ignorar que dicha supresión ha venido motivada por la enorme conflictividad educativa que produjo la introducción de dicha asignatura por el anterior
Gobierno, y que supuso una intromisión ilegítima en el derecho que asiste a los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones, y que llevó a un movimiento de objeción de conciencia secundado por miles de familias que se vieron y todavía siguen teniendo a su hijos fuera de las aulas.
En palabras del director general del Foro de la Familia, Ignacio García Juliá, “resulta lamentable que el Comisario ignore el artículo 2 del protocolo adicional al Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, donde se protege el derecho de los padres ‘a educar a sus hijos según sus convicciones religiosas y filosóficas’. El no querer reunirse con las asociaciones familiares supone desinterés por conocer las verdaderas causas del conflicto y orientar en sus soluciones. La sociedad española, y las familias en general, necesitan políticos responsables, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, que las protejan de las veleidades ideológicas que crispan la convivencia y provocan el fracaso educativo que está sufriendo nuestro país”.
“Sin unos currículos educativos verdaderamente neutrales –continúa el directivo del Foro de la Familia-, una exigencia en la superación de los contenidos que motive al profesorado, una libertad de las familias para educar a sus hijos y una medición fehaciente de la calidad de los centros, no es posible conseguir que nuestro sistema educativo llegue a ser el motor de progreso que toda la sociedad está demandando”.
El Foro de la Familia espera en la próxima visita de Mr. Muiznieks una mayor receptividad y respeto con las familias españolas y en concreto con los padres, el actor principal de este conflicto.