Cada año, en Alicante, se celebra "La Peregrina", una romería que tiene lugar el segundo jueves posterior a Jueves Santo pero con fiestas y actos que se alargan hasta el domingo, lo que atrae a entre cien mil y doscientas mil personas durante esos días para venerar una reliquia de gran importancia: la Santa Faz.
El párroco del lugar el el siglo XV, mosén Pedro Mena, viajó a Roma donde le regalarón un lienzo con la imagen de la faz de Cristo, al que se le atribuía la salvación de la ciudad de Venecia de la peste.
El lienzo original era un paño de lino con manchas de sangre representando una cara. Años más tarde, se remarcaron esas manchas con pintura roja.
Al poco de llegar a Alicante, el lienzo corría peligro porque las familias importantes conseguían recortar fragmentos de él, por lo que fue colocado en un relicario con una imagen pintada de la Santa Faz, que es lo que se exhibe en estos actos públicos.
La leyenda cuenta cosas maravillosas que confirmaban lo milagroso del lienzo. Así, mosén Pedro lo guardaba en en el fondo de un arcón, pero siempre aparecía en la parte superior. Decidió sacarlo en rogativa el 17 de marzo de 1489 por falta de lluvia.
Al llegar al barranco de Lloixa, quien lo llevaba sintió un gran peso, no podía sostenerlo. En ese momento vio como brotaba una lágrima del mismo. Y llegó la lluvia. En ese lugar se construyó el monasterio actual donde se conserva.
La prensa local afirma que en su visita de hoy lunes al Papa Francisco, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy le trasladará una invitación de la alcaldesa de Alicante y del obispo Jesús Murgui, para que el Papa visite el monasterio de la Santa Faz este año, porque es año jubilar.
El obispo Murgui considera que "vale la pena" cursar la invitación porque la Santa Faz tiene "entidad" para ser visitada dentro del programa de "una posible visita" del Pontífice a España.
La base histórica de la reliquia como paño que cubrió el rostro de Cristo está por estudiar en profundidad. No se ha datado científicamente el tejido, por ejemplo.
También podría ser que el paño original que hubiera usado la Verónica hubiese sido cortado en varios pedazos más pequeños, repartidos por Europa.
El 26 de julio de 1936 saqueadores comunistas asaltaron el Monasterio y la Iglesia de la Santa Faz y destruyeron la iglesia y los altares, pero el paño se salvó porque el alcalde de la pedanía y un devoto lo sacaron a escondidas en un capazo de la compra y lo llevaron a la Diputación Provincial donde fue almacenada en la caja fuerte.
La iglesia devastada y el monasterio se usaron como fábrica de aviones hasta que, terminada la Guerra Civil, fue restaurada. El paño volvió a su lugar y recibe la veneración de las multitudes en el siglo XXI.
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