Cuando en la tercera estrofa entra la segunda voz del Novio de la Muerte y los legionarios elevan a su Cristo, se eriza la piel y se humedecen los ojos. Así sucedió un año más el Jueves Santo de 2013 en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás de Málaga. Los brazos soportales de los hombres del Tercio Alejandro Farnesio, IV de la Legión, entonando su himno, fue el momento cumbre del desembarco de la fuerza, que llegó a bordo del Contramaestre Casado, para el traslado a su trono del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas su custodia en una de las hermandades más célebres de la Semana Santa andaluza.

La Brigada Legionaria Rey Alfonso XIII recibió en custodia el estandarte del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, para que en sus acuartelamientos "se fomente la devoción de los caballeros legionarios a su protector", según proclamó su jefe durante la ceremonia. De testigo, el actor Antonio Banderas, tocado con el chapiri que le acababa de ser impuesto como legionario de honor, y miles de malagueños que ocupaban incluso los tejados para no perderse un segundo del acto, que fue transmitido en directo por ReL con la señal de 13tv.

La enorme y pesada talla, aunque conocida como "Cristo de Mena" porque se le atribuye a Pedro de Mena (16281688), es obra del escultor Francisco Palma (19181985), pues la original ardió en los incendios de conventos que saludaron en mayo de 1931 la llegada de la Segunda República. Desfiló por primera vez en 1942, continuando así la tradición que vinculaba a la Legión, desde su fundación en 1920 por José Millán Astray (18791954), con la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad (Mena), fundada en 1915.

Dicha congregación goza desde 1756 del privilegio concedido por Benedicto XIV de celebrar misa el Sábado Santo, en agradecimiento por su intercesión por la salvación de una fragata. Su Cristo ha sido invocado por los diez mil legionarios caídos en combate que fueron recordados este Jueves Santo en Málaga.