El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez Plaza, ha asegurado que la Iglesia católica lo único que defiende es que la asignatura de religión tenga en el currículum escolar el lugar que se merece y que se respete el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus creencias.
El arzobispo ha señalado que los obispo no intervienen "nunca" en la elaboración las leyes. Otra cosa es que haya "contactos"; "¿Quién no ha tenido contactos con el ministro Wert? ¿La separación de la Iglesia con el Estado quiere decir que no podemos decirnos ni buenos días ni podemos tener una relación?", se ha preguntado en una entrevista concedida a Europa Press.
Para el arzobispo "decir como se ha dicho desde el partido de la oposición que el ministro José Ignacio Wert es un monaguillo y que lo ha pactado todo con la CEE" es una "falta de comprensión de lo que es la Iglesia". "¿Pero qué piensa la gente qué es la Conferencia Episcopal?", se ha preguntado.
El primado de España reaccionaba de esta forma después de que el secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijera que el ministro de Educación "se ha comportado como un monaguillo obediente" ante la Iglesia en lo referente a la asignatura de Religión en borrador de la nueva reforma educativa.
Así, ha explicado que la Conferencia Episcopal solo defiende que los padres que lo deseen tengan la posibilidad de que sus hijos, "en el ámbito en el están muchas horas al día", puedan cursar unos estudios sobre la moral católica porque tiene elementos intelectuales que pueden ser aprendidos.
Para el arzobispo decir que eso es "adoctrinamiento y catequesis" supone seguir utilizando clichés de hace "setenta, ochente o doscientos años". "Habrá que cambiar alguna vez, tanto que nos dicen a nosotros de cambiar", ha añadido.
Don Braulio defiende la separación entre la Iglesia y el Estado ("es más, creo que nos viene muy bien"), pero no cree que eso signifique que la asignatura de religión católica, cuyos miembros representan el 70% de la población en España, no se pueda tratar como se tratan otras materias de estudio. "Me parece un poco alucinante", ha apostillado.
Entiendo que algunos no les guste que la religión se imparta en la escuela, pero les pediría que tuvieran "en cuenta que son los padres los que lo piden". "Hablan de la Iglesia como si fuéramos una especie de Comité Ejecutivo de un partido. Será difícil convencerles de que nosotros funcionamos de otra manera que ellos, pero es así", ha aseverado.
Sobre su postura ante la nueva Ley de Aborto, ha señalado que la Iglesia no ha cambiado "un ápice" en este asunto desde el siglo III, y aunque admite que el papel del Gobierno en esta reforma "no será fácil", ha recalcado que la Iglesia no va a cambiar su postura.
Así, ha avanzado que celebrará si el Gobierno modifica la normativa para que el aborto no sea un derecho, aunque cree que "probablemente" la Conferencia Episcopal no estará satisfecha con la reforma final que apruebe el Gobierno de Mariano Rajoy. "Si llega un momento en el que tenemos que decir que no nos gusta la posible ley que haya, pues lo diremos", ha augurado.
Monseñor Rodríguez Plaza ha recordado que la Iglesia defiende la vida y que el aborto "está haciendo mal a nuestra sociedad" y "puede incluso desestabilizar nuestro país", pues España es "el país más viejo de Europa y está bajando muchísimo la natalidad".
Ha explicado que con el descenso de la natalidad corre riesgo de desestabilizarse la Seguridad Social y las pensiones, entre otras cosas, y ha criticado que España sea desde hace muchos años el país de Europa que menos ayuda a las familias. Al mismo tiempo, ha dicho que llamar a los abortos "interrupciones voluntarias del embarazo" es "una de esas frases subrepticias que esconden el significado real de las cosas.
Preguntado por la imagen que cree que transmite la Conferencia Episcopal Española, ha señalado que "depende de quien nos mire". "Para algunos somos un verdadero desastre", que trabajamos "en total connivencia con el Gobierno del PP", casi como si tuviéramos "el carné del PP y que solo queremos nuestros privilegios". "Y eso no responde a la realidad", ha aseverado.
A su juicio, los obispos son "gente buena" que están deseosos de que sus "diócesis" y la sociedad "puedan funcionar bien". "Luego puede haber matices en cómo actúa este obispo o este otro, pero en las cosas fundamentales estamos de acuerdo", ha asegurado.
Preguntado por los últimos acontecimientos vividos en El Vaticano como el Vatileaks, ha indicado que estos sucesos "siempre se viven con preocupación" pero son una muestra "de las limitaciones humanas y del pecado".
Al arzobispo le preocupa que se haya "socavado la fidelidad y la confianza" que el Papa Benedicto XVI ha depositado en algunas personas, y admite que quizá haya habido falta de previsión por parte de la Santa Sede ante estos hechos. De cualquier forma, considera que estos asuntos "ya se han acabado" en el Vaticano.
"Nosotros no estamos exentos de vivir peligros, tentaciones y dificultades. Con eso contamos y cuenta quien ha fundado la Iglesia, que es Jesucristo, que la fundó basándose en nuestra fuerza ni nuestra capacidad", ha indicado.
No obstante, ha querido resaltar que "esa debilidad que a veces pueden mostrar algunas personas de la Iglesia no quita para nada lo que significa la bondad en el conjunto" de la institución.
Por último, ha señalado que las relaciones con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha son "normales" y ha indicado que se ha entrevistado en varias ocasiones con María Dolores de Cospedal, aunque ha pedido que se reúna la comisión mixta entre la Iglesia y la Junta para abordar asuntos relativos a patrimonio, educación y ayuda social, pues no se ha reunido desde que llegó el PP al poder.