El periodista J.J.Madueño, de ABC, ha estado en la infravivienda, casi en ruinas y muy fría, que Yasin Kanza compartía con otras personas, todas musulmanas, en la calle Ruiz Tagle de Algeciras. Cuenta en el diario lo que le han explicado los compañeros de alojamiento de Kanza.
Yasin Kanza, marroquí en situación irregular en España, atacó este jueves por la noche dos iglesias, destruyó imágenes, hirió a tres personas, incluyendo un párroco, y mató a un sacristán, que al parecer buscaba alejarlo de los ancianos y niños que estaban en el templo en ese momento.
Aimar, un joven de los que junto a él hace un año, asegura a ABC: "Se volvió loco. Es una persona psicópata. No es un ataque yihadista. Si reías te decía de qué te ries, te voy a matar».
"No estaba bien de la cabeza. Estaba loco. Hablaba solo, del diablo, de Dios. No iba a la mezquita. No me creía que hiciera algo tan horrible", afirma Aimar sobre su vecino.
Antes tomaba drogas y se emborrachaba; cambió hace 2 meses
Aimar dice que Yasin "antes tomaba drogas y lo escuchaba que se emborrachaba, pero se quitó de fumar, de beber y a los chicos les decía que el tabaco estaba prohibido. Cualquier cosa estaba prohibida. Si te pelabas [cortabas el cabello] de una forma diferente, decía que estaba prohibido".
Aimar añade que Yasin cambió hace unos dos meses, se dejó barba "y comenzó con la paranoia de que la gente es infiel en la calle".
Sus compañeros de vivienda no creen que alguien "le comiera el coco o que tuviera contactos yihadistas". "Lo que hemos visto es que se puso muy paranoico. Te quería pegar", explica Aimar.
Otro compañero, Mohamed, señala que últimamente Yazin leía el Corán en el móvil y Aimar apostilla que "puede ser que eso lo hizo cambiar".
Yasin no trabajaba en nada. «Sólo comía, dormía y fumaba. Si le preguntaba de qué vivía te decía que no era tu asunto», dice Mohamed.
"No es yihadista, sino un loco que le dio por el Corán"
Aimar considera que "no es un yihadista, sino un loco que le ha dado por el Corán, por la gente que se pela diferente, por la que fuma, porque se ríen, porque lo miran". "El ve la gente como infiel y que es un musulmán verdadero, pero podía pasar en su mente cualquier cosa", detalla.
En su estancia, el periodista encuentra cuentas de mishaba, el rosario musulmán para la oración repetitiva. "Era suyo, lo usaba para rezar", asegura Aimar.
En los últimos dos meses "no estaba bien de la cabeza", insiste Aimar. "Decía cosas que no tenían sentido. Hablaba de Dios. Todos somos musulmanes, pero hay cosas que no entendíamos. Hablaba del diablo y cosas así. No sé, da miedo".
Antes de las iglesias, atacó a un joven marroquí
El jueves por la tarde, antes de atacar las iglesias, agredió a un joven marroquí de 20 años llamado Ahmed, que iba al instituto. Le acusó de hacer magia, ritos pre-islámicos, le golpeó con el puño y echó mano al machete que llevaba bajo la chilaba, pero no llegó a golpearle con él, sino que se fue a la capilla de San Isidro.
Allí golpeó con en machete en el cuello al sacerdote Antonio Rodríguez cuando daba la bendición del final de la misa gritando "Alá es grande". Después fue a la Iglesia de la Palma, rompió imágenes y crucifijos y apuñaló al sacristán Diego Valencia, al que remató de un machetazo en la cabeza cuando huía a la Plaza Alta, el centro de Algeciras. Luego la Policía le dio el alto y él se rindió.