La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) celebra su Cª reunión del 19 al 23 de noviembre. El arzobispo de Madrid y presidente de la CEE, cardenal Antonio María Rouco Varela, abrió la Asamblea a las 11,00 horas de este lunes con el discurso inaugural. Después intervino el nuncio apostólico en España Renzo Fratini.
La Asamblea Plenaria realiza sus trabajos en la Casa de la Iglesia, en Madrid, hasta el jueves 22 de noviembre. El viernes, día 23, los obispos se desplazarán a Montilla, Córdoba, que desde el pasado 12 de octubre celebra el Año Jubilar montillano, por haber sido declarado san Juan de Ávila doctor de la Iglesia universal. Los obispos concelebrarán la Eucaristía a las 11,30 horas en la basílica pontificia de Montilla, que custodia los restos del santo.
En su discurso, el cardenal presidente de la CEE Antonio María Rouco Varela hizo un recorrido histórico por las cien asambleas de la CEE y cómo este fruto del Concilio Vaticano II fue consolidándose en el tiempo como un instrumento de colegialidad sin mermar las competencias propias de cada obispo en su diócesis.
El cardenal Rouco subrayó que en los aspectos “interior” y “exterior” de esta historia eclesial en España se pueden observar acentos temáticos propios de cada momento histórico: “Desde los nuevos planteamientos referentes a la moral conyugal o al ordenamiento de la vida política, de los años sesenta-setenta; pasando por el viaje del papa y la posterior atención a temas como el de la reconciliación y la penitencia o el de los católicos en la vida pública, de los años ochenta; la proposición monográfica de la buena noticia del Dios que es amor, la mirada de fe al siglo XX y la lectura de la situación moral de la sociedad en la perspectiva de ´la verdad os hará libres´, en los años noventa; hasta llegar al análisis moral exhaustivo del terrorismo y de sus causas, de la secularización y la calidad de la teología, de la nueva situación moral de España, y de la familia y el amor conyugal, ya en estos primeros años del siglo XXI”.
Del Congreso Nacional de Pastoral Juvenil, recientemente celebrado en Valencia, desveló que había sido previsto ya en el Plan anterior, pero se pospuso cuando se conoció que en 2011 iba a tener lugar en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud. “Se preveía lo que realmente ocurrió: que el impulso de comunión creado por la JMJ -como acontecimiento de ´una nueva evangelización vivida´, según la calificó el propio Benedicto XVI- iba a hacer posible un gran paso adelante en el centramiento de todos los que trabajan en la pastoral juvenil en lo que es el corazón de la misma, es decir, en facilitar a los jóvenes el encuentro de conversión con Jesucristo, en la comunión de la Iglesia, para hacerse evangelizadores en ella y con ella”, explicó.
En cuanto al más reciente documento de la CEE sobre La verdad del amor humano, el presidente de la CEE dijo que no era necesario ponderar de nuevo “la urgencia de la pastoral del matrimonio y de la familia”. Recomendó esta instrucción que “puede ayudar mucho a la clarificación doctrinal de la situación y a la orientación práctica de lo que hay que hacer”.
Sobre el catecismo para la segunda infancia que estudiarán los obispos españoles en estos días dijo que “desea ser un instrumento eficaz para una acción catequética como la descrita”.
Otra de las acciones previstas en el Plan Pastoral es la preparación y celebración en octubre de 2013 de una ceremonia de beatificación de mártires: “Al terminar el Año de la fe, se celebrará la beatificación conjunta de un buen número de mártires del siglo XX en España, procedentes de muchas diócesis, cuyo testimonio e intercesión son de gran valor para el crecimiento en la certeza y en la alegría de la fe de todo el Pueblo de Dios”, explicó.
En cuanto a la crisis económica, reiteró las peticiones de solidaridad y aprovechó para “exhortar una vez más a los gestos de ayuda concreta con quienes más sufren las consecuencias de la crisis”. “Por pequeños que parezcan -afirmó-, los gestos de caridad no solo ayudan a quienes lo necesitan, sino que también ayudan a revisar el propio estilo de vida y a adoptar formas de ser y de actuar más responsables con la familia, los vecinos y la comunidad política. Sabemos que hay parroquias en las que en los últimos cuatro años se han multiplicado por cinco los recursos destinados a Cáritas, gracias a la generosidad y al sacrificio de muchos. Lo agradecemos en nombre del Señor y de los que de este modo ven aliviada su necesidad”.