El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha mostrado su contrariedad por la sentencia, al considerar que "hay una falta de fidelidad" a la Carta Magna en la decisión del Tribunal Constitucional de rechazar el recurso presentado por el PP hace siete años contra la reforma del Código Civil que regula el matrimonio gay.
En declaraciones a Europa Press momentos antes de pronunciar una conferencia en Zaragoza, Munilla ha afirmado que con su decisión el Constitucional "ha dicho que aunque literalmente el texto constitucional decía que el matrimonio es la unión del hombre y de la mujer, pues, sin embargo, interpreta que ha cambiado la mentalidad de la sociedad española".
"Me sorprende comprobar que para que una ley sea constitucional o no resulta que la clave no está en que se ajuste o no al texto, sino en que se ajuste o no a lo políticamente correcto", ha comentado.
"Entonces mi pregunta es para qué necesitamos una Constitución si al final diga lo que diga el criterio va a ser lo políticamente correcto y no lo que diga la Constitución", ha apostillado. Por ello, ha apreciado que existe en esta decisión "una falta de fidelidad a lo que el texto dice" y ha opinado que "no se puede interpretar la Constitución al margen del texto".
Por otra parte, sobre el acuerdo alcanzado por PSOE y PP de pactar cuanto antes una reforma legal contra los desahucios, ha indicado: "Me alegraría muchísimo que así fuese". En su opinión, la sensibilidad ciudadana es la que "ha tirado de la decisión política" en este terreno y ha remarcado que esta reforma "había que hacerla".
"Me parece un absurdo y una contrariedad que un sistema bancario que está subvencionado con el dinero de todos se considere con autoridad para hacer desahucios", ha añadido. El prelado se ha mostrado últimamente muy crítico con la actitud de las entidades financieras a cuenta de los desahucios.
Munilla ha viajado a la capital aragonesa para impartir una conferencia sobre el catecismo de la Iglesia Católica en la enseñanza, organizada por la Secretaría del Centro de Zaragoza de la Asociación Católica de Propagandistas en la Basílica-Parroquia de Santa Engracia.