La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, viajó a Roma para asistir en el Vaticano a la proclamación del español San Juan de Ávila como doctor de la Iglesia. En la embajada de España ante Vaticano recordó este sábado que las relaciones diplomáticas entre ambos Estados (en cuanto tales) remontan al año 1622: "Sin tener en cuenta estas relaciones resultaría difícil entender gran parte de nuestra historia e incluso la de buena parte del mundo", señaló.

Subrayó asimismo la "gran trascendencia" que para el Gobierno de España tiene la relación con la Santa Sede y afirmó reconocer el significativo peso del Vaticano en materia de política internacional. "Pero, además, somos conscientes y estamos agradecidos por el papel que las instituciones de la Iglesia están llevando a cabo en nuestro país, para ayudar a paliar los efectos de la crisis económica, que tanto están afectando a los sectores menos favorecidos de la población".

También María Dolores de Cospedal estará en la Plaza de San Pedro en su calidad de presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en la glorificación de “un ciudadrealeño ilustre, nacido en Almodóvar del Campo” como fue San Juan de Ávila.

La secretaria general del PP recordó que fue un hombre “que hizo de la enseñanza y de la docencia una profesión; es conocido por la creación de colegios y universidades, transmitió conocimientos y los garantizó a los jóvenes, a los más pequeños, educando en valores y en principios, algo muy importante a día de hoy”.

Cospedal participó en la vigilia preparatoria del acto, celebrada el sábado por la noche en la basílica de Santa María la Mayor. En el Palacio de España había recordado antes que la última vez que estuvo en Roma como "peregrina"  fue con motivo de la beatificación de Juan Pablo II, "un hombre que se dedicó a predicar el Evangelio a lo largo y ancho de todo el mundo y a hacer hincapié en los derechos sociales y en la formación”.