Ha sucedido con tecnología médica del siglo XXI y en la comunidad valenciana. Ocurrió en 2014, hace cinco años, tiempo suficiente para constatar que fue una sanación duradera, y la Iglesia lo está investigando ahora oficialmente.
Un catedrático jubilado iba a ser operado en el ojo derecho por melanoma de coroides, un tumor maligno especialmente agresivo en adultos, una enfermedad grave. Pero los dos cirujanos, al examinarlo antes de la operación, quedaron estupefactos.
“Cuál fue mi sorpresa cuando los dos cirujanos después de analizar con gran detenimiento el ojo derecho -y luego el izquierdo por si se habían equivocado-, exclamaron desconcertados ‘¡aquí no hay nada!’. Ni que decir tiene que mi estado de ánimo pasó desde ese momento de las más oscuras sombras a la luminosidad más intensa”, explicó de viva voz el catedrático milagrado en su testimonio emocionado, el pasado 13 de julio en el salón gótico del Palacio Arzobispal de Valencia.
Se había encomendado al padre Eladio, su antiguo confesor
El catedrático jubilado atribuye la curación, al parecer sin explicación médica posible, a Eladio España, un sacerdote con el que se confesaba él siendo joven en el popular colegio El Patriarca, y a quien mantuvo más de 20 años como su confesor. Semanas antes de la operación, se habían encomendado tanto él y su esposa, como sus amigos también (todos estaban en la apertura de la causa), a la intercesión desde el cielo de don Eladio.
Confesor excelente y rector del Seminario El Patriarca
Eladio España (1894-1972) nació en la localidad valenciana de Carcaixent y fue ordenado sacerdote en 1923. Fue el promotor de la canonización del arzobispo de Valencia San Juan de Ribera, en 1960. Durante más de cuarenta años don Eladio vivió en el Colegio Seminario Corpus Christi, El Patriarca, del que fue rector en varias ocasiones.
“Estaba entregado por completo a la confesión y dirección espiritual, prevalentemente, de jóvenes universitarios”, recordó en la apertura de la causa Manuel López Pellicer. Y es que “tenía fama de confesor excelente, con profundas frases, siempre cortas, y elocuentes silencios con los que ayudaba abrir el alma al Señor”. Jamás se atribuía mérito alguno, “ni siquiera por sus casi 140 dirigidos que fueron ordenados sacerdotes”, precisó. Su proceso de canonización fue promovido en 1996 por la ‘Asociación de Amigos del siervo de Dios, D. Eladio España Navarro’, integrada por seglares y sacerdotes.
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, firmó un decreto para investigar la curación. La investigación canónica del posible milagro la realiza, según un protocolo riguroso y minucioso, la delegación episcopal de Valencia para las Causas de los Santos, bajo la dirección de Ramón Fita.
"Si se prueba el milagro, Dios nos da pruebas de su existencia"
En la ceremonia de inicio de la causa, el obispo auxiliar de Valencia Esteban Escudero, afirmó, sobre este protocolo: “Puede parecer burocracia a ojos de un no creyente, pero para un creyente esto demuestra la seriedad con la que se está investigando, porque se trata de demostrar si Dios ha actuado y, si se prueba el milagro, Dios nos está dando pruebas de su existencia aquí y ahora. Si Dios ha actuado hay que determinarlo con mucha precisión. No podemos jugar con ello. No es una burocracia sino una exquisita delicadeza de la Iglesia para comprobar la actuación de Dios en el mundo, de un Dios que no es lejano, sino que tiene en cuenta nuestros problemas, escucha nuestras oraciones. Estamos reafirmando la providencia de Dios, providente, amoroso, de un Dios que es amor”, concluyó el obispo.
Los datos de la investigación valenciana, si prospera, pasarán al comité de expertos médicos de Causas de los Santos en Roma, luego a la comisión de teólogos y, finalmente, a la de obispos y cardenales. Finalmente, el Papa sería quien promulgaría el decreto de milagro que permitiría beatificar a Eladio España.