El Tribunal Supremo ha declarado sin valor el decreto de 2009 del Gobierno vasco, durante el tripartito presidido por Juan José Ibarretxe, que permitía a los centros educativos de la comunidad autónoma quitar la asignatura de Religión del horario lectivo.
La Sala de lo Contencioso del Supremo revoca así también una sentencia del Tribunal Superior del País Vasco -que había considerado válida la norma autonómica.
El Supremo da la razón a la Iglesia y a los colegios religiosos, que habían presentado un recurso mediante las diócesis de Bilbao, Vitoria y San Sebastián, y la asociación Kristau Eskola, que agrupa a colegios religiosos de Euskadi.
El Supremo, según informó ´Efe´, considera que el decreto del Departamento de Educación, que en 2009 estaba dirigido por el consejero de Eusko Alkartasuna Tontxu Campos, se sale del «bloque normativo estatal», ya que no garantiza a la disciplina de Religión un tratamiento similar a las demás materias fundamentales, que es lo que exige el ordenamiento jurídico español.
Y ello es así, prosiguen los magistrados, porque no se establece una «alternativa o disciplina académica equiparable».
El Supremo señala que el hecho de que Religión no figure en el «horario lectivo mínimo» en los cursos de Bachillerato en el País Vasco, y que los alumnos que rechacen esa asignatura no deban estudiar otra materia paralela, puede tener un «efecto disuasorio» entre ellos o sus padres.
Los obispos vascos ya habían insistido en 2009 en que los jóvenes que cursan religión tienen en la práctica más horas de clase que los demás.
Para el Supremo, el Tribunal Superior del País Vasco realizó una valoración «errónea» cuando estimó que la Consejería de Educación no vulneraba con su decreto los acuerdos entre España y la Santa Sede.
Fuentes del Departamento de Educación, dirigido por la socialista Isabel Celaá, aseguraron ayer que «acatan» la resolución del alto tribunal. No obstante han de analizar el procedimiento administrativo -una circular, etc.-, a través de la cual puedan cumplir su contenido.
Esas fuentes señalaron que, en todo caso, los centros que han dejado la Religión fuera del horario oficial son pocos.