El impulso generoso de ayudar a los necesitados, especialmente a los de países lejanos, se puede dar tanto en personas creyentes como en personas no creyentes. Sin embargo, en la práctica, la forma de organizarse puede ser muy distinta y eso afecta a su eficacia.
El contraste se puede ver con claridad si comparamos la ONG católica española de ayuda internacional Manos Unidas con la ONG Solidaridad Internacional (www.solidaridad.org), que se define como "no confesional, progresista e independiente" y que opera desde 1986 en cercanía al Partido Socialista. Durante unos años, fue presidida por Leire Pajín, hasta 2004 (de hecho, Pajín fue Secretaria de Relaciones con las ONGs del PSOE de 2000 a 2004; luego, secretaria de Estado de Cooperación, de 2004 a 2008; luego estuvo 2 años como Secretaria de Organización del PSOE y entre 2010 y 2011 fue Ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad).
Depender del dinero público
El primer contraste se ve en la capacidad de recaudación y origen de los donativos. En breve: Manos Unidas recauda 5 veces más y sus donativos son privados al 82% (Memoria de 2011). En cambio, los ingresos de Solidaridad Internacional son de dinero público al 82% (Memoria 2010). Una simetría tan opuesta como reveladora.
Cada parroquia en la selva, una posible sede
El segundo contraste se da en la implantación internacional. Manos Unidas es una ONG española que trabaja en red. Por un lado, colabora con sus homólogas católicas de distintos países, reunidas en la plataforma CIDSE (www.cidse.org). La presidenta, Myriam García Abrisqueta, es miembro del Pontificio Consejo Cor Unum, considerado el "Ministerio de solidaridad del Papa". Eso le da un sitial internacional desde el que contemplar la realidad global. Fue, por ejemplo, una de las pocas mujeres en el Sínodo de obispos de África.
Por otro lado, en cualquier selva, desierto o montaña, allí donde haya una parroquia, una comunidad de religiosas, un misionero, una comunidad católica responsable... puede haber un socio local de Manos Unidas, que no abre oficinas en esos países sino que apoya los proyectos de los habitantes del lugar.
Por el contrario veamos lo que pasa cuando alguien contacta con Solidaridad Internacional. Así, en el "Quienes somos" de su web vemos como en 24 de junio de 2012 les escriben desde Panamá: "somos la Asociación Cívica Cristiana Unidos por los Cántaros. Estamos trabajando con la juventud en riesgo social, el seno de la familia y los hogares, tambien estamos buscando acercamientos con las diferentes bandas y pandillas para brindarles programas".
Respuesta desde Solidaridad Internacional: "Sinceramente no le podemos ser de gran ayuda en estos momentos, ya que no tenemos sede ni trabajos en su país. Le recomendamos que trate de contactar con organizaciones que ya estén trabajando en la misma dirección en Panamá y así crear alianzas para el futuro".
Es una respuesta razonable, pero Manos Unidas, allí donde contara con una parroquia o comunidad católica o cooperativa local responsable, habría estudiado el caso. Manos Unidas nunca responde: "no tenemos sede en su país". ¡No la necesita! Usa la red de la Iglesia.
Salud reproductiva significa abortos
El tercer contraste es el tipo de "ayuda" que se brinda. Manos Unidas se ciñe plenamente al magisterio eclesial. Su ayuda a las mujeres, niños, familias, salud maternal, etc... siempre será pro-vida y pro-familia, que es la forma de ser verdaderamente pro-niños y pro-mujeres. En cambio, Solidaridad Internacional afirma trabajar, por ejemplo, en "salud (prevención, salud sexual y reproductiva)". Cuando una entidad "progresista" habla de "salud sexual y reproductiva" está hablando de abortos, anticoncepción y esterilizaciones, todo ello incompatible con la dignidad del ser humano vista desde la antropología judeocristiana.
Por supuesto, ambas entidades coinciden en hacer muchas cosas buenas: pozos, puentes, escuelas, talleres de formación profesional, etc... Pero la capacidad del modelo católico demuestra ser mucho más productiva que la del modelo "aconfesional y progresista", porque se apoya en una red social de 1.200 millones de personas (la inmensa mayoría, pobres de solemnidad) repartida por todo el mundo llamada Iglesia católica.
Manos Unidas, firme pese a la crisis
En 2009 Manos Unidas (www.manosunidas.org), la ONG de ayuda al exterior de la Iglesia Católica en España, recaudó 54 millones de euros, el 77% de fuentes privadas; el 2010 (cuando empezaron los recortes estatales a la Ayuda Oficial al Desarrollo) eran casi 53 millones, un 80% de fuentes privadas; y en 2011, último año analizado, Manos Unidas recaudó 51,8 millones, un 82% de fuentes privadas.
Desde que se consolidó la crisis, cada año Manos Unidas recauda un millón de euros menos que el anterior, pero se debe sobre todo al descenso de ayudas públicas: las parroquias, colegios (por lo general católicos) y socios de la entidad se mantienen firmes y generosos.
La colecta parroquial, 1 de cada 4 euros
En el año 2011 Manos Unidas recaudó 51.856.656 euros, según datos de la Memoria 2011 de actividades publicada recientemente. Los socios y colaboradores aportaron el 35,2% de lo recaudado; la colecta anual en parroquias y los donativos de entidades religiosas (por lo general durante la campaña anual contra el hambre) significa un 25,4% de los ingresos; las herencias y legados son un 8,1%; y el sector educativo (campañas de donativos en escuelas) un 3,1%. Así se suma ese 82% de financiación privada.
En el año 2011 la asociación católica aprobó 605 nuevos proyectos de desarrollo por un importe de 35,6 millones de euros. De esos proyectos, 240 tuvieron como destino África, 217 fueron a Asia y Oceanía y 148 correspondieron a proyectos solicitados desde América.