Luis Argüello, que era obispo auxiliar de Valladolid en 2016, ha tomado posesión este sábado 30 de julio como nuevo arzobispo. Reemplaza de este modo a Ricardo Blázquez, arzobispo de la archidiócesis desde 2010 y que el pasado sábado se despidió de los fieles en una emotiva ceremonia (residirá en adelante en Ávila).
A la ceremonia de toma de posesión en la catedral de Valladolid acudieron numerosos fieles vallisoletanos. Acudieron además medio centenar de obispos españoles, incluyendo 4 cardenales: el vallisoletano Aquilino Bocos, el propio Ricardo Blázquez, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
La celebración empezó con unas palabras del ahora arzobispo emérito, Ricardo Blázquez, pidiendo a Dios ser quien sostenga a Argüello en su nueva misión.
El filipino Bernardito Auza, Nuncio del Papa en España, impuso el palio arzobispal a Argüello, tras lo cual la catedral resonó con un aplauso de los asistentes.
Una Iglesia que supere la polarización
Durante la homilía, Argüello invitó a que la Iglesia sea una «familia de familias», «una escuela de acogida, reconciliación y colaboración», que supere «la dialéctica de contrarios y la polarización de las diversidades».
Argüello, que en su juventud se mostró interesado en la política -incluso colaboró en unas elecciones municipales a favor del Partido Socialista, antes de ser sacerdote- animó a los representantes políticos a «un coloquio en favor del bien común», en un momento de «desafíos extraordinarios».
También pidió «edificar tiendas de encuentro y hospitales de campaña» y trabajar de forma prioritaria en favor de la dignidad de la vida humana y de los vulnerables y empobrecidos.
Argüello ya anunció en su momento que eso limitaría mucho su presencia en Madrid como portavoz de la Conferencia Episcopal, pero a falta de otro portavoz se mantiene en el cargo por ahora y probablemente hasta 2023, aunque ya declaró que «la dedicación a una archidiócesis como la de Valladolid pide una dedicación exclusiva».
Toda la vida en Valladolid
Luis Javier Argüello nació en 1953 en la localidad palentina de Meneses de Campos, donde cursó estudios primarios, pero pronto se trasladó a Valladolid. Estudió bachillerato en el colegio de Lourdes, de los Hermanos de La Salle, centro en el que sería docente casi cuatro años. En la universidad fue profesor de Derecho Administrativo. Y en el Colegio de los Agustinos Filipinos cursó Teología.
Su perfil es peculiar entre los obispos porque su vocación fue tardía, a los 30 años. Fue ordenado sacerdote el 27 de septiembre de 1986, con 33 años. Antes fue un laico comprometido e inquieto por la realidad social y presidente local de Justicia y Paz. Siempre le interesó el pensamiento del personalismo francés de Emmanuel Mounier y la reflexión católica sobre el bien común y la sociedad de los cuidados.
Ocupó la vicaría del Arzobispado vallisoletano en distintas etapas. Cuando el arzobispo era José Delicado Baeza le encomendó la dirección del Seminario Diocesano: lo dirigió de 1997 a 2011.
En 2018 fue elegido como portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, lo que significa dar voz a la Iglesia ante la prensa y el debate público durante el Gobierno del socialista Pedro Sánchez.
Como tal, ha enfrentado los retos de la pandemia del coronavirus, la ley Celaá de educación, los ataques a las escuelas católicas y diferenciadas, las inmatriculaciones de edificios, ha comentado sus sospechas sobre la renta básica ("generar dependencias es de dominadores"), ha defendido a los objetores de conciencia frente a aborto y eutanasia, ha anunciado que la sanidad católica no aplicará eutanasias, ha pedido que el Estado investigue todos los abusos sexuales (y no sólo los de la Iglesia) y ha respondido a algunas declaraciones anticatólicas de políticos groseros. Temas no le han faltado como portavoz. Todos han alabado su firmeza en la exposición de estas posturas.
Valladolid: una población envejecida
Valladolid, la diócesis que pastoreará, es una provincia envejecida: el vallisoletano medio tiene 46,4 años (España misma está envejecida, la edad media de un español es 42 años). De hecho, Valladolid pierde población lentamente desde 2010, no por emigración sino por defunciones naturales. Actualmente la provincia cuenta con unos 520.000 habitantes. Los fieles se organizan en 300 parroquias, con unos 400 sacerdotes, la mayoría de edad avanzada, como es común en Castilla. La provincia tiene también unas 1.200 religiosas.
Como otras diócesis castellanas, es generosa en vocaciones misioneras: cuenta con unos 170 misioneros por el mundo (se dividen a partes iguales casi entre hombres y mujeres), pero también son de edad avanzada: 65 años de media.
Los últimos pastores de la diócesis vallisoletana fueron José Delicado (de 1975 hasta su retiro en 2002), Braulio Rodríguez (de 2002 hasta su paso a Toledo en 2009) y Ricardo Blázquez, que llegó en 2010 tras casi 15 años como obispo de Bilbao.
El noticiario de CyLTV (la TV de Castilla y León) recoge la noticia en el minuto 24.30.