En su más reciente carta pastoral, esta vez sobre la Cuaresma, el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González, advierte que la tentación debe ser afrontada "con valentía y decisión, sin juguetear con el demonio ni hacer concesiones a nuestro hombre viejo".
Sobre "los cuarenta días de oración, ayuno y misericordia para poner a punto nuestro espíritu y celebrar la novedad de la pasión, muerte y resurrección del Señor", el obispo señala que "la vida del hombre en la tierra está sometida continuamente a la tentación, a la prueba. Nos encontramos continuamente con dificultades, que nos ayudan a crecer. Pero a veces nos acecha el desaliento y la desconfianza. Cuántas veces nos encontramos en situaciones límite, en las que nuestras fuerzas humanas son insuficientes. Por eso, Jesús se nos acerca a todos para decirnos que es posible la victoria, que él está a nuestro lado, que él ha venido para enseñarnos a luchar y a vencer ayudados por su gracia".
La tentación, prosigue el prelado, "nos hace bien, porque nos ayuda a crecer y nos aporta el mérito de la victoria. La tentación por sí misma no es pecado, pero hemos de evitar las ocasiones o ponernos temerariamente en el peligro. Ahora bien, cuando nos llega la prueba, hemos de afrontarla con valentía y decisión, sin juguetear con el demonio ni hacer concesiones a nuestro hombre viejo. Podemos vencer si contamos con la victoria de Jesucristo, de la que él nos quiere hacer partícipes".