La terrible realidad que viven muchos cristianos en países donde no existe la libertad religiosa así como el papel de los jóvenes en la difusión del mensaje cristiano centraron el primer día de las V Jornadas Católicos y Vida Pública que durante ayer y hoy se celebran en el salón de actos de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, en el Campus Universitario de Bormujos. El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, inauguró el encuentro que organiza la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Archidiócesis de Sevilla, con la colaboración de la Fundación San Pablo Andalucía CEU.

El arzobispo denunció la situación que padecen millones de cristianos en todo el mundo por culpa de la intolerancia religiosa, llegando a producirse «un verdadero holocausto del que nadie habla» y recordó que «cada cinco minutos se asesina a un cristiano en el mundo por razón de su fe, cada año 105.000 cristianos son condenados al martirio en el mundo».

Tras la inauguración del encuentro enmarcado en el lema «Libertad religiosa y nueva evangelización», tuvo lugar la conferencia «La libertad religiosa en el mundo:Cristianos perseguidos hoy» que impartieron el director general de «Ayuda a la Iglesia Necesitada», Javier Menéndez Ros y monseñor John Barwa, arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, en el estado indio de Orissa, uno de los mayores focos del mundo de violencia contra los cristianos. Desde 2008 en Orissa han muerto centenares de creyentes, más de 300 iglesias o lugares de culto cristiano han sido arrasados y diez mil personas desplazadas. Hay siete estados en la India en los que se aplica «Ley anti conversión», que penaliza con 10 años de cárcel y una multa por cambiar el culto a cualquiera que no sea el hinduismo.

«En el mundo unos 200 millones de cristianos se encuentran perseguidos y unos 150 millones sufren discriminación por su fe», comenta a ABC Javier Menéndez. Los países comunistas, como China o Corea del Norte concentran el 75 por ciento de las persecuciones y en los países islámicos, las corrientes más radicales y fundamentalistas son las perseguidoras.