- Se emplea para financiar gran parte de la labor pastoral, social y caritativa. También se destina a mantener las más de 23.000 parroquias que hay en España, con lo que se garantiza la celebración de la misa y los sacramentos. Una pequeña parte también se emplea en el pago de la Seguridad Social y los salarios de los cerca de 20.000 sacerdotes y obispos, cuyos sueldos oscilan entre los 800 y los 1.200 euros.
- No. Apenas supone el 25% de todo su presupuesto. La mayoría de los fondos de los que dispone la Iglesia dependen de las aportaciones directas de los fieles, ya sean colectas, suscripciones periódicas de las personas que deciden, a través de un recibo, que parte de su dinero vaya destinado a favor de la Iglesia.
- No. Con el acuerdo alcanzado en 2006 con el Gobierno socialista, los fondos que recibe la Iglesia a través de la Asignación Tributaria dependen exclusivamente de la voluntad de los contribuyentes. No hay partidas presupuestarias a favor de la Iglesia con cargo al Estado. Si ningún contribuyente marcara la «x» en favor de esta institución en su declaración de la Renta, la Iglesia pasaría a recibir cero euros.
- Esto sucede porque el monto global de la cuota íntegra del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas ha bajado 1.400 millones en el ejercicio fiscal 2010. Esto quiere decir que el nivel de renta de los españoles ha bajado como consecuencia de la crisis. La disminución en los ingresos de la Iglesia no ha sido mayor gracias al incremento del número de declaraciones, que ha compensado algo este descenso.
No se paga más. Ese 0,7% de sus impuestos garantiza a la Iglesia poder continuar su labor pastoral y asistencial en los niveles de eficiencia y austeridad con los que ha venido trabajando hasta el momento.