Varias personas han denunciado en las últimas semanas el robo de lápidas y crucifijos en las sepulturas de sus familiares enterrados en el cementerio sur de Carabanchel.

Los ladrones se han llevado algunas lápidas, crucifijos de cobre y bronce, asas de ataúdes, adornos, marcos de las vitrinas, lápidas y hasta las coronas de flores. Según han informado a Europa Press fuentes policiales, las lápidas son robadas para venderlas en el mercado negro como futuros columbarios.

En cambio, los materiales de cobre o bronce son sustraídos para venderlos de forma ilegal en chatarreras, mientras que las flores también pasan el mismo día del robo a las mafias que se dedican a suministrar flores a los vendedores ambulantes.

La comisaría de Carabanchel ya ha recibido varias denuncias sobre este tema, aunque los hurtos están siendo generalizados en todos los camposantos madrileños. De hecho, hace 15 días agentes de la Policía Nacional detuvieron a cuatro individuos por arrancar varios crucifijos metálicos de las lápidas del cementerio de Vicálvaro e intentar llevárselos en un saco.