El Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal Antonio María Rouco Varela, ha deseado que Dios le conceda otra ocasión para celebrar otro "gran evento" como la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en el futuro en España.
En este sentido, ha explicado tras la presentación del informe de la empresa PricewaterhouseCooper (PWC) sobre el impacto económico de la JMJ, que la celebración de otro gran acontecimiento de estas características en el país sería una nueva oportunidad para "el encuentro de lo divino y lo humano que dé lugar a una juventud, una humanidad y una sociedad nuevas".
El Cardenal ha destacado el ambiente de "alegría sana y gozosa, nada forzada" que se vivió durante la JMJ y ha recordado la "elegancia, educación, generosidad y entrega" de los jóvenes que participaron en contra de lo que se podría pensar de que "son ruidosos o de movida nocturna".
Concretamente, ha remarcado algunos gestos de los jóvenes como cuando se prestaron en algunas ocasiones a ejercer de camareros o fregar los platos en los restaurantes donde almorzaban con su ticket del peregrino.
"Eso no se espera y cuando se da, la sorpresa es reveladora de lo que son los jóvenes y de lo que fue la comunidad de Madrid", ha añadido.
No obstante, el Arzobispo de Madrid ha admitido que, tras la partida del Papa Benedicto XVI hacia Roma, recibieron algunas quejas, pero ha asegurado que, con el paso de las semanas, los "ecos" que les llegaban de obispos de todo el mundo decían "todo lo contrario".
"La JMJ siempre es un milagro, no solo cuando hay tormentas –como la que cayó el día de la Vigilia en Cuatro Vientos– sino siempre", ha subrayado.
El Cardenal ha dado las gracias al cuerpo diplomático, a los patrocinadores y colaboradores y también a los medios de comunicación que, según ha indicado, al principio "quizá acogieron la noticia de la JMJ con escepticismo o con objetividad y sobriedad profesional" pero que, a su juicio, al final "también quedaron satisfechos y participaron del ambiente".
Finalmente, ha apuntado que la JMJ "no ha sido un fenómeno fugaz" sino que ha dejado "huellas profundas que se notarán cada vez más" tanto en Madrid como en toda España.