El Año Santo de San Isidro comenzó este pasado 15 de mayo, festividad del santo, y se alargará durante todo este 2022 hasta mayo del 2023. De hecho, este año se ha cumplido el 400 aniversario de la histórica canonización del santo patrón de Madrid, humilde agricultor y amoroso esposo, así como un gran ejemplo para todos los creyentes.
Con el jubileo han comenzado los diversos actos en honor del santo, y uno de los más importantes se realizará el sábado con la exposición de su cuerpo incorrupto para la veneración de todos los fieles.
Tras la apertura del jubileo en la fiesta del patrón de Madrid, cuando el cardenal Osoro aseguró "es urgente promover el valor y la dignidad de la familia, defender el trabajo digno, cuidar la tierra...", en pocos días tendrá lugar esta exposición solemne de su cuerpo incorrupto en la colegiata de San Isidro de la capital de España (calle Toledo, 37).
Tal y como informa el Arzobispado de Madrid, el 21 de mayo, a las 12:00 horas, habrá una Misa del peregrino y, acto seguido, tendrá lugar la apertura solemne del arca de san Isidro. Hasta el 27 de mayo, en horario de 8:00 a 21:00 horas, se expondrá el cuerpo incorrupto del patrón de Madrid para la veneración de los fieles.
El mismo 27, a las 21:00 horas, irá en procesión a la catedral, donde se celebrará una vigilia de oración a las 22:00 horas. El 28 de mayo a las 11:00 horas habrá una Misa en la catedral y después volverá en procesión a la colegiata, donde el 29 habrá una Misa del peregrino, a las 12:00 horas, y se procederá a la solemne clausura del arca tras las vísperas, que darán comienzo a las 18:00 horas.
La última vez que tuvo lugar una exposición del cuerpo incorrupto de san Isidro fue en el año 1985 por el centenario de la diócesis. De cara a la nueva exposición, el pasado 12 de enero se produjo una primera apertura del arca que contiene los restos sagrados. Estuvo presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y en ella estuvieron presentes los obispos auxiliares monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ y monseñor Jesús Vidal; el vicario general, Avelino Revilla, y el tribunal delegado por el purpurado para las operaciones, además del párroco de la colegiata, Ángel Luis Miralles, y algunos miembros de la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid.
Asimismo, con permiso de la Congregación para las Causas de los Santos, se realizará un estudio forense completo que permitirá conocer mejor esta reliquia, considerada la de mayor importancia de cuantas se conservan en Madrid.
Quién era San Isidro
Junto a su esposa Santa María de la Cabeza, también santa, son un ejemplo de matrimonio santo, algo poco frecuente en la Edad Media, donde era más frecuente que los santos fueran nobles, militares, clérigos o mártires.
San Isidro ganó fama, sobre todo, por su habilidad -quizá divina- para encontrar pozos y aguas que ayudaran a los labradores de su época. "Isidro no abría pozo del que no manase abundante caudal, aun tratándose de tierras secas", afirman los códices antiguos. De los 400 milagros que según sus hagiógrafos se le reconocen popularmente, el más común es el que va ligado a encontrar agua.
Es emblemática la escena en la que hace brotar un manantial de un campo seco con solo un golpe de báculo, abasteciendo a Madrid en un año de sequía. El agua es el contexto en el que salva a su único hijo caído en un pozo o cuando Dios permite a su esposa María pasar a pie enjuto sobre el río Jarama para demostrar su snatidad y la falsedad de las murmuraciones contra ella.
Niño mozárabe bajo dominio musulmán
Cuando Isidro nació, Madrid aún estaba bajo dominio musulmán y sus habitantes eran cristianos mozárabes bajo el yugo de señores islámicos. Poco después la tomaron las tropas castellanas. Según estos testimonios, la infancia de San Isidro transcurrió en los arrabales de San Andrés, en lo que hoy es el céntrico Barrio de La Latina. Por los ataques musulmanes la familia del joven Isidro se trasladó a Torrelaguna, donde se dice que conoció a su mujer, María Toribia, la cual también alcanzaría la santidad con el nombre de María de la Cabeza.
Isidro Labrador falleció en el año 1172 y su cadáver se enterró supuestamente en el cementerio de la Iglesia de San Andrés dentro del arrabal donde había nacido. Los cristianos medievales creen que fue él quien se apareció para guiar por cierta ruta a las tropas castellanas hacia la victoriosa batalla de Las Navas de Tolosa contra los almohades. Alfonso VIII lo reconocía así al levantar una capilla en su honor en la iglesia de San Andrés y colocar su cuerpo incorrupto en la llamada arca «mosaica».
Una canonización complicada
Aunque tuvo fama de santidad desde su muerte en el siglo XII, su beatificación y canonización formales no llegarían hasta el siglo XVII, y eso pese a los esfuerzos del rey Felipe II que lo intentó en el siglo XVI.
Isidro subió a los altares en la misma ceremonia de 1622 que otros tres españoles, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y San Francisco Javier, y el italiano San Felipe Neri.
En la Edad Media el fundador de los dominicos, Domingo de Guzmán, fue el único español llevado a los altares canónicamente. "La primera vez que se sepa que un Papa hizo una canonización fue la de San Uldarico de Ausburgo por el papa Juan XV, en el año 993; a partir de entonces hay a la par canonizaciones papales y episcopales", según explica Alberto de la Hera, catedrático emérito de Derecho Canónico y de Historia de América.