En los últimos días de enero de este año, en la iglesia de Santo Domingo de Silos de Prádena del Rincón un grupo de arqueólogos descubrieron, dentro de una tumba, entre restos humanos, tres misteriosas esculturas, dos de ellas, sin cabeza. Emparedadas y decapitadas... dentro de un nicho.
Según informa Miguel Oliver en el ABC, las investigaciones arrojaron posteriormente que se trataba de tallas religiosas de la primera mitad del siglo XIV. Dos de ellas están perfectamente identificadas: la Virgen María y San Juan Evangelista. Sobre la tercera, hay dudas. Puede ser Santo Domingo de Silos —por la advocación de la iglesia— o Santo Tomás, ya que antiguamente el templo estaba dedicado a su figura. Pero después de clasificarlas, los técnicos han centrado todos sus esfuerzos en responder al gran enigma: ¿Qué hacen tres tallas religiosas de hace 700 años dentro de una tumba?
Hay dos teorías al respecto, tal y como señala Carla Olivé, restauradora del edificio. Existe la posibilidad de que en algún momento la iglesia hubiera cambiado de culto. «A lo largo de los siglos —explica— el templo ha podido experimentar sucesivas ampliaciones; que comenzara siendo una pequeña capilla y que acabara convirtiéndose en lo que es hoy. Esas remodelaciones también incluían la renovación de los objetivos religiosos que estaban considerados como los más antiguos».
Por otro lado, los arqueólogos no descartan que el abad de la iglesia hubiera decidido, en su momento, enterrar estas tres esculturas al haber recibido otras similares, pero de mejor calidad. Dada su naturaleza religiosa, estas no se podían vender ni destruir, por lo que pudo optar por enterrarlas en un nicho.
Las tres tallas de bulto redondo se encontraban ocultas en una hornacina practicada en uno de los muros del atrio norte, en unas condiciones lamentables, aunque los trabajos de restauración permitirán recuperar su disposición original.
El estilo presentado por las esculturas es posiblemente gótico si bien con ciertos caracteres arcaizantes en lo referente a las facciones. Desde el punto de vista artístico, las tallas del probable calvario presentan un notable dominio técnico del volumen y movimiento de los ropajes, y sus cabezas, unas facciones proporcionadas y bien definidas. La imagen de la Virgen tiene una túnica que cae hasta los pies y calza zapatos de remate puntiagudo que asoman por debajo. Las manos están entrelazadas encima del pecho, lo que se ha interpretado como símbolo de asociación al sacrificio de su Hijo. La cabeza, a pesar de su deterioro, posee unos rasgos finos, mientras que los ojos (almendrados) están magníficamente tallados, al igual que la boca. La figura de San Juan lleva túnica talar hasta los pies y parece sostener un libro en una mano.
La singularidad de este descubrimiento es aún mayor si se tiene en cuenta que los hallazgos conocidos de ocultamientos son escasos en España: sólo se conocer tres casos en iglesias de Soria, Palencia y Vitoria.
Durante los trabajos de rehabilitación de Santo Domingo de Silos, que comenzaron hace un año, también han aflorado varios elementos artísticos de distinta cronología y tipología, como restos conservados del retablo mayor que resultó quemado hace cuarenta años.
También se han descubierto restos de pintura mural en paredes de la nave. Estos se dividen en dos grupos de cronología y significado muy diferente, pero ambos habían permanecido ocultos tras un tabique adosado al muro. Además, se ha perforado el subsuelo sacando a la luz una necrópolis junto al atrio norte. Hay tumbas antropomorfas excavadas en la roca, realizadas con ladrillo y también aunando ambas tipologías. Las más antiguas son anteriores a la construcción de los muros del templo.